En Guatemala, andar perdido como el hijo de La llorona, es estar clueless o Más perdido que Adán en el Día de las Madres. Así anda Eduardo Lora, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo.
Lora no se explica por qué es que en Gutemala hay aumentos de precios importantes, en los alimentos, cuando Guatemala es un país exportador de aquellos y cuando tiene un tipo de cambio flexible.
Yo creo que a Lora le pasa lo que a los economistas clásicos cuando se perdían preguntándose que por qué es que los diamantes son más caros que los panes. Lora olvida que no se trata de los alimentos en general, sino de estos alimentos en particular, aquí y ahora. Lora también olvida la ineludible ley de la oferta y la demanda. Y como uno puede ignorar la realidad, pero no las consecuencias, lo cierto es que los alimentos caros en Guatemala es muy posible que lo sean porque la gente tiene billetes para pagarlos. Billetes inflacionarios, claro. Billetes con poco poder adquisitivo, claro. Pero los tiene. Y los tiene provistos deliberadamente por el monopolio emisor de billetes que es el banco central. Banco cuya junta directiva, socialdemócrata, está controlada políticamente por la Administración en el Ejecutivo.
¿Por qué son caros los alimentos en un país productor de alimentos? Porque los políticos inflan. Y porque, en consecuencia, la gente tiene billetes para pagar los precios que hay.
Por que eso es que, en justicia, Lora no está perdido del todo. El problema sí es la capacidad de compra de los pobres, que ha sido disminuida porque a los pobres se les paga con dinero inflacionario, dinero que tiene poco poder adquisitivo.
Nada tiene que ver con programas de ransferencias condicionadas; mismos que si acaso resolvieran algo, nada tendría que ver esa solución con el problema de fondo y originario que es de orden monetario. Si los políticos no inflaran, y no ocasionaran el problema, entonces no habría necesidad de resolver el problema. Los políticos que inflan son los peores enemigos de los pobres porque les roban poder adquisitivo.
Y claro, en el BID creen que la inflación es la consecuencia del alza en los precios; en vez de reconocer que es al revés y que los precios suben, porque los políticos inflan.