Asistir a las procesiones de la Semana Mayor, en Guatemala, no tiene que ver sólo con el aspecto religioso de aquellos cortejos; sino con pasear, compartir, comer, conversar, conocer nuevos lugares y nuevas costumbres.
Yo siempre veo las procesiones en algún lugar distinto de la ciudad y siempre encuentra uno cosas interesantes. Anoche, por ejemplo, vimos Candelaria en un abarrotería. Ahí el ambiente era…de conmemoración. Con marchas fúnebres, familias completas, cucuruchos, y los olores propios de la época a corozo e incienso. Mi madre fue muy popular entre los niños de brazos que esperaban ver la procesión; y se comió un banano en el lugar.
Vimos venir el anda desde el arco del edificio del Correo y como la calle viene en bajada, la vista es estupenda. Desde el edificio de enfrente la gente hizo llover papelitos sobre el Nazareno.
Las imágenes del vídeo muestran los contrastes y el ambiente que caracterizan esta festividad.