Claro que no hay prohibición alguna -excepto la que les impide movilizarse a su antojo- para que los presos que no han sido condenados puedan emitir sufragio. La ley les prohibe hacerlo a los ciudadanos que tengan suspendidos sus derechos (por condenas penales); pero no a los que se presume inocentes aunque estén presos a la espera de una sentencia.
El artículo 15 de la Ley Electoral y del Partidos Políticos les prohibe votar a los ciudadanos que estén en servicio activo en el Ejército y a los cuerpos policiales porque siendo, los soldados y los policías, miembros de organizaciones piramidales en las que la obediencia es un pilar fundamental -en una república que se está construyendo y en la que no hay una tradición cívica sólida- aquello no es prudente.
Ahora que está sobre el tapete la posibilidad de que los presos puedan emitir su voto; lo que me llama a meditación es que muchos de los presos son gente muy sencilla que está sometida a presión intensa, recluida, a merced de arbitrariedades, muchas veces a casusa de procesos que no avanzan, con la esperanza puesta en cualquier cosa o en cualquier persona. Son ciudadanos muy, pero muy vulnerables.
En esas condiciones, me pregunto si es prudente facilitarles el ejercicio del voto. No lo tienen prohibido, está claro; pero…¿es prudente facilitarles el voto a ciudadanos cuyas condiciones de vida, integridad física, escasas posesiones y libertad dependen directamente de las autoridades de turno? ¿Es prudente cuando dependen de un sistema altamente arbitrario como el sistema penitenciario? Si se les facilitara el voto, ¿sería prudente que pudiera ser conocido y desglosado cómo fue el voto de los internos de presidios en bloque? Está claro que no se podría publicar el voto individual de cada uno, pero, ¿deberíamos saber cómo votaron en bloque los presidiarios?
Los presos deben poder votar, precisamente porque sus condiciones de vida dependen de las autoridades de turno. Al final, por eso votamos todos, ¿o no? A todos nos afectan las decisiones de las autoridades, en mayor o menor medida, y por eso debemos poder cambiarlas, según el sistema establecido de reglas.
Ahora, es muy cierto que los presos son tan vulnerables, que su voto requeriría de protección especial, pero esto se enmarca en un problema del sistema carcelario en general. Argumentos similares se podrían decir sobre, por ejemplo, los analfabetos, los mozos colonos, o las empleadas de casa particular. ¿Debemos prohibir el voto a las empleadas de casa particular, porque su relación laboral las pone en una situación vulnerable?
No sé, pero creo que la discusión existe por la manera en que esta sociedad estigmatiza a los privados de la libertad. Los argumentos más frecuentes son “ellos por algo están en la cárcel, pierden sus derechos”, sin caer siquiera en la distinción entre los juzgados y condenados, y quienes están en prisión preventiva.
Yo estoy a favor del voto de los presos, bajo la lógica de que alguna vez podría estar en esa misma situación, y no querría que por algo que está fuera de mi control -por ejemplo, ser acusado de un crimen que no cometí- se me privara de mis derechos… de ninguno de mis derechos.
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[…] to the RSS feed for updates on this topic. [Translate] TweetWritten by Silvia ViñasBlogger Luis Figueroa [es] wonders if inmates should be allowed to vote in the upcoming elections. Guatemala's […]
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Es una síntoma de nuestra época que la democracia se pinta como el máximo valor y el voto como el más fundamental de los derechos. ¿Como puede compararse el derecho a disponer del trabajo propio con el derecho a tener una participación infinitesimal en la decisión de quién será funcionario público? Contra la privación de libertad que sufren los reos, ¿qué importancia tiene si pueden o no votar? Ninguna. Me da risa cuando Sandra Torres se indigna por la supuesta violación a su “derecho humano” a elegir y ser electa, pero no dice nada cuando sus huestes paralizan el país con manifestaciones, impidiendo el fundamental derecho de la gente a ganarse la vida o llevar a sus seres queridos a un hospital.
El hecho que tengamos esta discusión es una muestra de la obsesión enferma que tenemos con la democracia y el desprecio que sentimos por los derechos que realmente importan.