El temblor de hoy, de magnitud de 4.7, tuvo su epicentro a 33 kilómetros de Cobán y a 93 kilómetros de la ciudad de Guatemala. Me puso a pensar, otra vez, en que hemos aprendido poco desde el gran terremoto de 1976 y en que la dimensión del desastre depende completamente de las acciones, o falta de acción, de los humanos.
Seguramente es importante que todos, en la medida de lo posible conociéramos y adaptáramos algún tipo de protocolo en caso de un terremoto.
Yo, por cierto, voy a actualizar mi kit de terremoto: este es una mochila con una mudada de ropa, dos botellas de agua, baterías, una linterna, sendas latas de frijoles, elotes y atún, galletas de soda, fósforos, antigripal, antialérgico, analgésico, antidiarréico, vodka y algo de dinero. También una carpa y una bolsa de dormir.
Mi kit tiene su orígen en el terremoto del 76; porque durante un par de años dormí con mi linterna a mano y con mi ropa hecha un taco, para que fuera fácil de agarrar en caso de emergencia.