La imperiosa necesidad de una conspiración

Ya hace ratos que Los Colom quieren (¿o necesitan?) una conspiración; y por eso no han escatimado esfuerzos en fabricarla. Cabal en septiembre de 2008, Alvaro San Nicolás Colom salió con la historia de que había aparatos de espionaje en la Casa Presidencial, en su oficina privada y en su residencia. Y alrededor de la conspiración del espionaje se armaron historias confusas; una de las mejores fue que primero parecía que no había aparatos de espionaje en la oficina del vicepresidente Rafael Espadita Espada; pero luego resultó que siempre sí. Y luego todo terminó en nada porque los supuestos aparatos de espionaje eran del tiempo de Naná Camota, o podrían no funcionar.

En enero de 2009 se volvió a manifestar aquella necesidad de una conspiración cuando, enojado, San Nicolás llamó ignorantes, estúpidos y analfebetas políticos a los que criticaban el Consejo de Coersión Social que dirige Sandra Evita Torres. En esa ocasión, el exabrupto vino acompañado de otra denuncia de desestabilización.

Recordé, entonces, que cuando en 1998 Hillary Clinton trataba de defender a su marido de las supuestamente falsas acusaciones del caso Lewinsky; la esposa de Bill denunció que había una vasta conspiración de derechas contra ella y su cónyuge. ¡Y qué!…si el affaire de Bill y Mónica, sí era cierto. Pero como el buen humor siempre está presente, en D.C. había calcomanías que la gente ponía en los parachoques de sus autos, y estas decían: Soy miembro orgulloso de la vasta conspiración.

Pero de vuelta a Guatemala y a 2009, una administración dirigida por un Presidente irritado, que anda esparciendo la especie de que hay una vasta conspiración en su contra, con antecedentes de querer ejercer censura de Prensa y de correos electrónicos, no era buena noticia. En esta ocasión parecía que Los Colom querían usar la supuesta conspiración en su contra para moverse contra la libertad de expresión debido a las críticas que les llovían por la incapacidad y la venalidad de su Administración.

En julio de 2009, Hugo Chávez, de Venezuela le hizo upas a su colega chapín y expresó que a él le constaba que había un plan golpista contra Los Colom. Y claro que, ¡por supuesto!, todo quedó en nada porque Chávez no expuso detalles del plan, ni hubo algo concreto y específico. Y al final del día, el canciller guatemalteco, Haroldo Rodas, tuvo que salir diciendo que lo del plan golpista era una conclusión apresurada de Chávez. Tanta necedad de Los Colom desde septiembre de 2008, y cuando su jugada del golpe y la conspiración recibe la bendición del mero jefe en Caracas, ¿Los Colom se echaron para atrás?

Un año más tarde, precisamente en julio de 2010, Alvaro San Nicolás Colom volvió a desempolvar la teoría de la conspiración. El objetivo del supuesto plan de desestabilización contra su Administración es que termine haciendo un mal gobierno y oponerse a muerte a que una candidatura de su partido pueda amenazar la continuidad de su Administración, se dijo entonces.

Esto me lleva a pensar que todos los cuentos estos, de conspiraciones, al lo que persiguen, en el corto plazo, es preparar un clima asfixiante contra la libertad de expresión; para luego, y con propósitos puramente electorales, garantizar la continuidad del proyecto político de Los Colom. Total, el socialismo no es ajeno a estas prácticas. ¿Fué durante la Primavera Chapina que Arévalo intentó imponer una Ley Mordaza? Ah, sí. También me acordé del presidente del socialismo espiritual, Juan José Arévalo, de cuya administración, el libro Guatemala, la historia silenciada, cuenta que “el gobierno de la revolución no soportó realmente las 29 conspiraciones que con tanto esmero contaron sus voceros, sino un número efectivo bastante menor; lo que no impidió que se suspendieran las garantías constitucionales 32 veces, para facilitar las acciones contra los complotistas. La respuesta a estas vagas conspiraciones -o a otras más concretas y bien organizadas, que también existieron, como luego veremos- fue casi la misma: el gobierno suspende garantías y se limita a expulsar del país a los supuestos implicados, sin mayor trámite ni discusión. Con el tiempo, sin embargo, se comenzará a hablar de torturas y el propio presidente reconocerá luego: Cada vez se procedía con más dureza”.

Esto, entonces, nos lleva al 21 de julio pasado cuando nos enteramos de que Jorge Ismael Soto, el excomandante Pablo Monsanto de las Fuerzas Armadas Rebeldes en la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca y actual dirigente del Partido Nueva Nación, andaba diciendo por ahí que los medios de comunicación escrita estaban comprometidos con la creación de un ambiente propicio para un golpe de estado y para impedir las elecciones. ¡Que horror!, otra conspiración.

Algunos asesores y funcionarios de la Administración de Los Colom -vinculados con la exguerrilla- salieron a asustar con un nuevo petate de muerto. Elaboraron la hipótesis de un Golpe de Mercado contra la socialdemocracia chapina. A la conspiración que anunciaron en esos días de julio pasado hasta le dieron aquel nombre y dijeron que es una estrategia para desplazar a las autoridades gubernamentales de forma definitiva basándose en el desequilibrio económico. Como si para esto, Los Colom y sus funcionarios necesitaran ayuda de alguna clase.

Unas semanas más tarde, el 20 de agosto, la nueva conspiración fue aderezada con un toque geek y con denuncias acerca de supuestas amenazas y espionaje ¡por Internet!. Las pesadillas de Los Colom siguieron plagadas de cámaras que los filman, micrófonos que los escuchan narcotraficantes que los amenazan y opositores que los incomodan.

Lo cierto, de todos modos, es que, ¿quién se traga tanto ¡ahí viene el lobo, ahí viene el lobo!? Nadie, o casi nadie. Por eso es que en aquel contexto fue publicado un cuento titulado Los nombres tras la coyuntura de junio y julio.

¿Por qué es importante la elaboración de un cuento, en estas circunstancias? Porque los cuentos y leyendas nos llevan a mundos irreales de fantasías apasionantes; y porque –por lo menos los cuentos infantiles- se desarrollan en los mismos planos emocionales en los que se halla su público. Planos de impulsos fuertes en los que lo superficial y lo que parece evidente no deja lugar a profundidades y detalles; y en los que las medias verdades son suficientes si logran hacer que las fantasías sean emocionantes. Los cuentos ayudan a los niños a lidiar con sus pasiones.

En otro plano -en un contexto posmoderno (tan de moda entre ciertos intelectuales)- como supuestamente no existe la verdad, sino únicamente historias o relatos, los cuentos son muy útiles porque permiten contar cualquier cosa, independientemente si es verdad, o no. Este es el caso del cuento citado; algunos de cuyos elementos vale la pena comentar ahora para demostrar que es una construcción fantasiosa, destinada a hacer parecer verdad, lo que no lo es y para servir a propósitos preestablecidos.

Los nombres tras la coyuntura de junio y julio es un cuento que busca darle sustento a las fantasías conspirativas que fueron descritas al principio de esta entrada. Ya que no dieron resultado los increíbles aparatos de espionaje, ni los exabruptos de San Nicolás, ni las advertencias del comandante Chávez, y menos las del excomandante Soto, a alguien se le ocurrió que era buena idea contar un cuento. El mismo fue publicado en la revista Enfoque, año 2, No. 9 del 12 de agosto de 2010; y el cuento en cuestión dio origen a la entrevista, con uno de sus autores, publicada el 13 de agosto de 2010, en la edición 1859 de Inforpress.

En la misma se aplica una metodología marxista que permita pintar con brocha gorda y evitar detalles importantes. En el marco de la lucha de clases es fácil y conveniente hacer una canasta para mezclar y confundir ahí como la burguesía, a la derecha anticomunista, a los conservadores, a los empresaurios mercantilistas, al empresariado y al liberalismo clásico o libertarianismo. De esa forma colectivizante se pueden confundir los vicios de unos, con las virtudes de otros. Y criticar a unos, por los defectos de otros.

Dos ejemplos ilustran cómo es manipulada la información para forzar a que coincidan las piezas –que a veces son circunstanciales, y a veces son fabricadas–:

En la entrevista citada, se dice que el Grupo Pléyades es uno de cámaras empresariales vinculado al Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financeras (que es la cúpula empresarial de Guatemala) y a Dionisio Gutiérrez (importante empresario del pollo, los bienes raíces y otras empresas grandes); cuando, un poquito de investigación hubiera bastado para enterarse de que Pléyades era una empresa mercantil dedicada a hacer sitios Web, a estudios de mercado, y asesorías de imagen, por ejemplo. Sus propietarios, mis amigos Marta Yolanda Díaz-Durán, Jorge Jacobs y Estuardo Zapeta fundaron la empresa para ganarse la vida. Y si bien es cierto que cada uno de ellos –en lo personal– ejercen el periodismo en la radio y en los diarios, su empresa nunca tuvo un propósito de defensa gremial como se pretende hacer creer en la entrevista.

En el artículo que dio origen a la entrevista se dice que Ramón Parellada forma parte del proyecto Libertópolis y que es Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES), de la Facultad de Economía de la Universidad Francisco Marroquín. Lo de que Parellada forma parte de Libertópolis sólo se explica porque ha sido invitado a algunos de los programas que produce esa aventura empresarial de comunicaciones; pero no en el sentido de que él sea socio de esa empresa, porque no lo es. Adicionalmente, una vueltecita por la Internet comprueba dos cosas fácilmente: El CEES es un centro de pensamiento fundado en 1959; y de su seno surgió la idea de fundar la Universidad Francisco Marroquín, cosa que no sucedió hasta 1971. La Facultad de Ciencias Económicas, que no de Economía, de aquella casa de estudios es consecuencia de aquella fundación y por lo tanto es posterior al CEES. El CEES no es de la Facultad de Economía. El CEES tiene personalidad jurídica propia, y distinta a la de la UFM; y ningún miembro del consejo directivo del Centro, es miembro del consejo directivo de la FCE. Claro que ambas organizaciones comparten principios; pero aquel no es parte de esta.

Estos dos ejemplos ilustran la ligereza de la supuesta investigación que le da origen a Los nombres…y a la entrevista que le sigue. Esa ligereza da la impresión que lo que importa es el relato, y no su veracidad. ¿Con qué propósitos? Primero, para darles apoyo a los globos de conspiraciones que la Administración de Los Colom ha estado tirando desde hace dos años. Segundo, para justificar una política de asfixia contra la libertad de expresión, justificación que vino oportunamente acompañada por las recientes resoluciones de la Corte de Constitucionalidad en la persecución de Rafael Espadita Espada, vicepresidente de la República, contra Marta Yolanda Díaz-Durán, periodista (y contra todos los habitantes del país, cuya libertad de emisión del pensamiento debería proteger el artículo 35 de la Constitución). Y tercero, ocultar el fracaso económico y administrativo de la gestión de Los Colom, detrás de una elaborada y vasta conspiración prefabricada. Y claro, estos son sólo propósitos intermedios. El fin último es conservar el poder a cualquier costo.

Y, ¿por qué a cualquier costo? Porque la administración de Los Colom tiene tres incentivos de mucho peso para hacer todo lo que se necesario con tal de no perder el control del poder en los próximos comicios generales:

1. Se perdería toda a buena obra que están haciendo. Léase esto, claro, con ironía.

2. Desaparecería su organización política como se extinguieron, o se están extinguiendo, la Gran Alianza Nacional, el Frente Republicano Guatemalteco, el Partido de Avanzada Nacional, el Movimiento de Acción Solidaria y la Democracia Cristiana Guatemalteca, partidos todos que estuvieron en el poder y que perdieron la confianza de los electores.

3. Luego de los antecedentes con Alfonso Portillo, Paco Reyes, y otros funcionarios del desmadre eferregista, que fueron procesados y guardaron (o guardan prisión), la actual administración ya está advertida. Aquellos que usan los despachos a su cargo, y el dinero de los contribuyentes, como si fuera su cajero automático, corren el riesgo de tener que vestir trajes a rayas. Alfonso Portillo, por ejemplo, tiene cuentas pendientes en tribunales de Nueva York y de Francia.

Esas tres amenazas son suficientes para espantar a casi cualquier funcionario es esta administración y para incentivar a la cúpula a hacer todo lo que sea necesario para no quedar vulnerables y apartados del poder. Eso incluye, claro, la fabricación de este tinglado de las conspiraciones…;y si así son sus sueños, ¿cómo serán sus realidades?

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  1. El cuento de Alicia, con los de Kafka, nisiquiera metidos a una licuadora por varias horas, le gana a tremendo cuento que armaron estos cuadrúpedos.

  2. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Luis: No voy a discutir sobre la administración Colom. Sólo quiero decir que en mi opinión, de izquierda nada y de populista todo; y recuerde que el populismo se considera una forma de gobierno de derecha, ya que los "populismos de izquierda" no existen, conceptualmente hablando.Quisiera centrarme en una mínima parte de su comentario:"Total, el socialismo no es ajeno a estas prácticas. ¿Fué durante la Primavera Chapina que Arévalo intentó imponer una Ley Mordaza? Ah, sí. También me acordé del presidente del socialismo espiritual, Juan José Arévalo, de cuya administración, el libro Guatemala, la historia silenciada, cuenta que "el gobierno de la revolución no soportó realmente las 29 conspiraciones que con tanto esmero contaron sus voceros, sino un número efectivo bastante menor; lo que no impidió que se suspendieran las garantías constitucionales 32 veces, para facilitar las acciones contra los complotistas. La respuesta a estas vagas conspiraciones -o a otras más concretas y bien organizadas, que también existieron, como luego veremos- fue casi la misma: el gobierno suspende garantías y se limita a expulsar del país a los supuestos implicados, sin mayor trámite ni discusión. Con el tiempo, sin embargo, se comenzará a hablar de torturas y el propio presidente reconocerá luego: Cada vez se procedía con más dureza".El "socialismo" no tiene prácticas particulares, o sea, no solamente los gobiernos que pueden calificarse de "socialistas" en su maniquea forma de análisis practican la censura. EUA lo hace, Francia, Inglaterra, etc. cuando les conviene. El caso Wikileaks es una muestra. En resumen, todo gobierno independientemente de su orientación ideológica lo hace. Otra cosa que quiero comentar es su falta de contexto para señalar los acontecimientos durante el gobierno de Arévalo y Arbenz entre 1944-1954 (La Primavera…): Guatemala estaba bajo agresión extranjera y el gobierno se defendió de la mejor manera que pudo. ¿Por qué no menciona las prácticas de censura de los gobiernos militares y títeres civiles desde Ydígoras hasta Cerezo? Y no es que defienda a ultranza lo que hizo Arbenz y Arévalo, pero pienso que en su afán (y obsesión) de desacreditar la idea socialista busca ejemplos muy jalados de la historia nacional, y peor aún, de un texto que a mi parecer no es muy objetivo que digamos. Gracias y saludos.

  3. […] aquello.  Y creo que de verdad creen que todos conspiran contra ellos; o peor aún, es posible que necesiten fabricar conspiraciones con el propósito de cerrar las tenazas contra la libertad de […]