A partir del martes 15 de junio empezarán a ser colocados Q4 mil 500 millones en bonos del tesoro, por parte del Ministerio de Finanzas de la administración socialdemócrata de Los Colom.
Estos bonos tendrán dos efectos muy nefastos:
1. Pignoran o hipotecan el trabajo que no se ha hecho. Comprometen lo que no ha sido producido y lo que producirán jóvenes que aún no entran al sistema productivo. Son una carga que se hecha sobre los hombros de personas que no tuvieron nada que decir al respecto. Son un lastre para el futuro.
2. El capital no es guardado dentro de los colchones de la gente. La gente tiende a buscar cómo multiplicarlo y cómo protegerlo. Generalmente el capital es depositado en bancos y de ahí es canalizado hacia actividades productivas como industrias, comercios, actividades agrícolas y prestación de servicios. Y ahí se convierte en más y mejores bienes y servicios, y en más y mejores oportunidades de trabajo. Ahí se convierte en más y mejores salarios reales y nominales. Pero esta vía es riesgosa; y por eso es que los emprendedores son aventureros.
El capital, entonces, puede ser desviado hacia otro sendero. El de los papeles o bonos. En lugar de ser invertido en actividades productivas, el capital puede ser distraído hacia inversiones en papeles. Ahí no produce muchos beneficios, pero está seguro. Y la seguridad tiene un precio. Cuando está invertido en papeles, el capital que no es usado para mejorar la calidad de vida de las personas; sino que es usado para satisfacer exigencias presupuestarias asignadas de acuerdo con criterios políticos, que generalmente se traducen en mero gasto.
Haga usted cuentas.
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This entry was posted on viernes, junio 11th, 2010 at 5:00 pm and is filed under gasto público, productividad.
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