Cuando un familiar, un amigo, o alguien conocido se suicida, debe ser espantoso. Los suicidios dejan más preguntas que respuestas. Hoy, que leí acerca del presunto suicidio de María Eugenia Padua, ex esposa de Alfonso Portillo, pensé que para muchas conyuges e hijos de funcionarios -de esos que usan los presupuestos que tienen a sus cargos como si fueran sus cajeros automáticos personales- debe ser muy duro cuando los pescan, o cuando corren el riesgo de ser atrapados.
La difunta y su hija Odilia Portillo Padua forman parte del proceso que se le sigue al Expresidente en Manhattan, por convertir la oficina de la presidencia de Guatemala en su cajero automático personal. Y ahora, también, en Francia. ¿Es posible que su presunto suicidio haya tenido que ver con esto?
Yo me pregunto si las familias que se enriquecen a costa de los impuestos tomados a otras personas gozan plenamente de sus riquezas. Me pregunto si, de cuando en cuando, no pueden dormir porque saben lo que han hecho. Uno de mis colegas, uno cínico, me contestó una vez que sí, que como vivían como reyes, a los corruptos les pelaba el origen de sus riquezas. Y yo digo que quizás sí, pero que no hay que generalizar. Y pienso que si al corrupto no le importa, debe haber por ahí más de un cónyuge, un hijo, o una hija que han de sentir algo de asco cuando se detienen a meditar por qué y cómo es que tienen lo que tienen. Más de uno ha de sentir vergüenza. Y más de uno ha de sentir miedo. Sobre todo ahora, que el caso Portillo podría cerrarle la puerta a la impunidad.
¿Cuánto cónyuge, hijo, o hija de corrupto no pensará en la posibilidad de que dentro de unos años le investiguen las cuentas que su marido, o esposa puso a su nombre? ¿Cuántos hijos, o hijas no pensarán en la posibilidad de que dentro de unos años le investiguen las cuentas que papi, o mami puso a su nombre? Seguramente no muchos se suiciden; ¿pero cuántos tendrán el sueño y la digestión tranquilos?
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This entry was posted on jueves, mayo 20th, 2010 at 10:09 am and is filed under abusos, Alfonso Portillo, corrupción.
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