Tres críticas contra ProReforma

Me llamaron la atención tres críticas al proyecto de reforma constitucional, ProReforma, que me gustaría comentar. Son de Hugo Us, Samuel Pérez, y Martín Rodríguez.

Hugo Us asegura que el proyecto se contradice porque los que apoyan ProReforma         despotrican contra la democracia porque argumentan que este sistema no ha funcionado… y puede fomentar la tiranía de la mayoría …; y luego, en su desesperación, piden que la iniciativa sea sometida, sin más trámite, a consulta popular o que bastan las 5,000 firmas que lo avalan para que eso sea así.

 
Lo primero que llama la atención es que Us cita a defensores del proyecto; pero no tiene la bonhomía de mencionarlos. Usted dirá que eso es una sutileza, pero yo creo que es como tirar la piedra, y esconder la mano.
 
Luego, ¿ya se dió cuena Us de que lo de las 5,000 firmas en realidad son 70,000? Digo, porque si bien es cierto que él y otros como él tratan de desacreditar intelectualmente a los firmantes, acusándolos de sólo responder a la propaganda, lo cierto es que fueron 70,000 y aunque algunos de ellos no sepan leer, ni tengan los grados académicos que tiene Us, yo no me atrevería a ningunearlos así nomás. ¿Cuál es el propósito de pintarse como paladín de la democracia y luego desconfiar de la gente?
 
Adicionalmente, lo de las firmas no es algo desesperado de última hora. Es parte fundamental del plan, ¡desde el mero principio!; y es en respuesta a una novedad constitucional que debería empoderar a los ciudadanos. Es cierto que se usa publicidad para promover ProReforma; pero ¿no es eso normal en cualquier proceso de persuasión pública? Además, ¿me va a decir, el lector que apoyó ProReforma, que usted necesitaba de una valla para entender que el sistema está podrido y que hay que reformarlo? ¿Me va a decir, el lector, que necesitaba de vallas para comprender que los principios de ProReforma son mejores que los principios prevalecientes, o que los que no sostienen las reformas inexistentes que nunca proponen algunos críticos de ProReforma?
 
Yo entiendo las quejas contra la democracia qua sistema de gobierno en el que se hace lo que la mayoría quiere; empero, ¿quién en sus cinco sentidos despotricaría de la democracia como un medio pacífico para tomar decisiones y elegir autoridades, o como herramienta para garantizar la libertad, o como instrumento para la formación cívica? Es más, los proponentes de ProReforma son tan, tan, tan, tan democráticos que piden que el proyecto sea sometido a una consulta popular. ¿Que puede ser más democrático que eso? ¡Que la gente diga si sí, o si no! Esto es, opuesto a que lo decida un grupo de élite política, que es lo que está ocurriendo ahora, precisamente, gracias a gente como Us; porque, como escribió Ludwig von Mises, la democracia garantiza un gobierno acorde con los deseos de la mayoría; lo que, en cambio no puede impedir es que la propia mayoría sea víctima de ideas erróneas y que, consecuentemente, adopte medidas equivocadas.
 
Por eso es que la discusión de ProReforma es muy importante. Forma parte de aquel proceso de formación cívica al que me referí arriba. Ya sabemos que la Constitución facilita que los ciudadanos propongan reformas a la Carta Magna; pero ya sabemos, también, que el establishment hará todo lo posible porque eso no se haga realidad. ProReforma reta las ideas prevalecientes y las pone a discusión. ¿Por qué no apoyar un artículo constitucional que prohiba expresamente los privilegios? ¿Por qué no romper paradigmas y establecer un sistema legislativo que separe al cuerpo que hace leyes como normas generales y abstractas, del cuerpo legislativo que hace reglamentos y normativas específicas y concretas? ¿Por qué?
 
Esto me lleva a la segunda crítica que vale la pena comentar. Esta es la de Samuel Pérez en la que reconoce que los sistemas bicamerales en otros países tienen problemas de corrupción y de privilegios; pero hace parecer como si el sistema de ProReforma fuera igual a otros sistemas bicamerales en los que hay una Cámara Alta y una Cámara Baja, y en los que una y otra se fiscalizan y balancean mutuamente. Si Pérez leyera ProReforma, descubriría que esta no es la relación que hay entre el Senado y la Cámara de Diputados. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué si confundir deliberadamente lo que no puede ser comparado porque es de naturaleza distinta? ¿Por qué no hacer la diferencia que hace ProReforma?
 
Pérez se pregunta que cómo es que se va a garantizar que los senadores sean representantes de los diferentes departamentos de Guatemala, como los senadores gringos son representantes de sus estados. ¡Como si eso fuera importante! En los EUA se supone que los senadores iban a defender los intereses de sus estados, frente a la Federación; lo cual, aquí, no tendría sentido alguno porque aquí no hay estados. ¡Guatemala es un sólo estado! Yo no puedo creer que estos detalles se le escapen a alguien como Pérez. Los senadores chapines no representarían a departamentos, sino a los electores. Yo estoy seguro de que si la gente que va a cumplir 50 años de edad en Quetzaltenango, en Alta Verapaz, en Escuintla o en Zacapa, para poner unos ejemplos, va a tener la oportunidad de elegir senadores una sóla vez en su vida, seguramente van a aprovechar la ocasión y van a tratar de elegir senadores. ¿Por qué no? Los distritos electorales, sólo servirían para propósitos administrativos, pero los senadores representarían a sus electores, no a esas abstracciones que son los distritos. Yo no puedo creer que cosas así se le escapen a Pérez.
 
El columnista tiene razón, eso sí, cuando dice que los cambios no implican mejoras. Ningún sistema puede ofrecer tal garantía; pero, como escribió el buen Mises si la mayoría de la nación sostiene ideas equivocadas y prefiere candidatos indignos; y yo añado que si también prefiere conservar el sistema que no está funcionando, no hay más solución que hacer lo posible por cambiar su mentalidad, exponiendo principios más razonables. Y para eso es ProReforma, para tratar de persuadir a la mayoría de la nación de que hay mejores principios que aquellos sobre los cuales está el sistema que nos tiene acorralados en la inseguridad y en la miseria. ¿Por qué no probamos otros principios? ProReforma existe porque unos preferimos buscar las mejoras mediante la persuasión, en contraste, por ejemplo, con aquellos que las buscan mediante la coerción.
 
La última crítica que voy a comentar hoy es la de Martín Rodríguez. Martín está tranquilo porque ProReforma podría quedar para después; y, en consecuencia, el sistema actual continuará incólume. El establishment está a salvo frente a la supuestamente excluyente propuesta de que ProReforma sea sometido a la consideración de ¡todos! los ciudadanos. Sinceramente, a mí la lógica de Martín siempre me deja confundido. El politólogo, Martín, invita a los proponentes de ProReforma a que organicemos un partido político; ¡como si esa fuera la única forma admisible para participar cívicamente en la persecusión de un mejor país! La política partidista es una buena forma de hacerlo; pero hay que ser algo miope como para creer que sea la única.
 
El mismísimo periodismo de opinión, actividad en la que él se luce cada vez que puede, es una forma de influir en las ideas prevalecientes; y es, conforme a esas ideas prevalecientes, que responden los políticos. Por eso es que las ideas de Us, Pérez y Rodríguez merecen ser comentadas. Es gracias a ellas que prevalece el establishment.

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  1. Estimado Luis Figueroa:No entraré a comentar nuevamente mis argumentos ni los suyos sobre ProReforma, ya que en otros espacios en el blog pienso que hay suficiente material para por lo menos fijar nuestras posiciones. Lo que a continuación haré es señalar las posibles causas que creo están detrás del proyecto ProReforma. Usted posiblemente me dirá que es absurdo adivinar o delinear los "propósitos ocultos" de los ponentes, pero aún así me parece que es material de discusión.1. Los cambios propuestos por ProReforma pretenden estructurar una constitución conservadora que revierta los logros "colectivistas" o "socialistas" de la actual Constitución. 2. Los cambios de ProReforma (magistrados vitalicios, senado, etc.) pretenden blindar la Constitución contra cambios inspirados en los procesos políticos externos (Venezuela, Bolivia, Ecuador) que pueden acarrear procesos de cambio radicales a nivel de la estructura económica nacional (Reforma agraria expropiatoria, reforma fiscal progresiva). Se pretende disminuir las probabilidades de modificar las leyes fiscales que puedan aumentar los impuestos de las clases propietarias.3. La edad del Senado no es casual. Los mayores de 50 años pueden catalogarse como conservadores desde el punto de vista económico, por lo que los cambios agrarios y fiscales no pasarían de ese organo; además, al no haber una normativa que democratice las candidaturas, los senadores pertenecerían a las clases o grupos que pudieran pagar por la candidatura (o sea, propietarios) que responderían a intereses de clase bien conocidos.3. La actual Constitución no está mal, lo que le falta es que se desarrolle más al igual que sus instituciones, lo que acarrearía un Estado más fuerte y solidario; algo que filosóficamente está en contra de los postulados ideológicos de los liberales.4. Aunque a corto plazo no es factible, la creciente evolución de la sociedad civil implicaría reformas políticas y económicas que ciertos sectores económicos no están dispuestas a tolera; en función de esto quieren poner "candados" para evitar los cambios. Antes bastaba llamar a un cuartel para amagar al Estado. Esos tiempos ya pasaron y la oligarquía neoliberal ya se dio cuenta.Es probable que usted rechace mis postulados y que honestamente crea que ProReforma mejorará los niveles de desarrollo de nuestro país. Pienso que mejorará la situación económica de las elites empresariales y sólo a ellas.Gracias.Carlos Fajardo A-1 869740