¿Se acuerda, usted, de cuando en el recreo del colegio uno jugaba de policías y ladrones? Uno sabía quienes eran los policías y quienes eran los ladrones. Y los policías perseguían a los ladrones y los capturaban. O los ladrones escapaban…pero siempre se sabía quienes eran los ladrones.
Ahora no. Ya no se distinguen los policías de los ladrones, de los sicarios, de los secuestradores, de los extorsionistas, de los narcos. Y la administración de Los Colom está plagada de todos ellos.
El ex viceministro de gobernación Francisco Cuevas reveló que denunció en la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala , el 4 de febrero, la existencia de una red criminal en la Policía Nacional Civil dedicada al sicariato, y supuestamente vinculada a la ex viceministra de seguridad Marlene Blanco Lapola. Además, El director de la Policía Nacional Civil , Baltazar Gómez, y la jefa de la División de Análisis e Información Antinarcótica , Nelly Bonilla, fueron capturados por su presunta responsabilidad en un tumbe de cocaína que se saldó con la muerte de 5 policías antidrogas, el 24 de abril de 2009, en un complejo de bodegas de Amatitlán.
Y por ahí dicen, los pajaritos, que habrá más sorpresas parecidas. Usted esté al pendiente.
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This entry was posted on martes, marzo 2nd, 2010 at 9:29 pm and is filed under inseguridad, seguridad ciudadana.
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Como sociedad civil cómo podemos ayudar a lo que Castresana dice? Me parece justo y lógico, el puede iniciar algo pero si no hay un respaldo de la sociedad esto solo será un ápice de lo que puede ser una reestructuración real.
La diferencia entre un sicario y un policía es bien clara e importante nunca olvidarla.Los policías tienen el poder de la ley a sus espaldas y los sicarios no.Esta es la gran diferencia, una vez los policías -o quienes tienen el poder sobre la ley- la utilizan contra el pueblo TODO lo hemos perdido. Exactamente a esto se refiere la ingobernabilidad y el estado fallido en que ya vivimos.Yo no pondría mi confianza en Castresana y dormiría con un ojo abierto si supiera que se encuentra cerca de mí. Pero ese soy yo, que ya no confío ni en mi sombra y creo que la única solución es reformar nuestro sistema de gobierno o iniciar uno nuevo.