Nunca colaboraré con la Teletón

Cuando la Teletón y Fundabiem consiguieron que se les asignara dinero de los tributarios, por medio del Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la Nación dejaron de ser organizaciones voluntarias de servicio para convertirse en rentistas parasitarios. Abandonaron el sector voluntario y pacífico de la economía, para pasarse al sector coercitivo y violento de la misma.
¡Nunca colaboraré con esa operación, ni con ninguna otra que haga lo mismo! Los impuestos, para quien no lo sepa, son dinero ajeno tomado por la fuerza; y, para más INRI, es asignado políticamente a objetivos ajenos a quienes han producido ese dinero.
La benevolencia y la caridad son virtuosas, sí y sólo sí son voluntarias; empero, si la transferencia de riqueza se hace por la vía forzada, dejan de ser benevolencia y caridad para convertirse en expoliación. Es una lástima que la gente de Teletón y Fundabiem hayan abandonado la virtud de su obra para sumarse a la multitud de intereses particulares que creen que es moral obligar a otros a colaborar con su causa -por buena que sea-. Sepan que usar la fuerza de la ley para obtener el privilegio de expoliar a otros, no es bueno, no es virtuoso y no es correcto.
Me enteré de esto por un anuncio de agradecimiento que publicaron los beneficiados el 23 de noviembre en la página 41 de Prensa Libre.

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