Así como unos tienen que ir a La línea a pagar por amor; así es como Alvaro San Nicolás Colom y Sandra Evita Torres tienen que pagar por cariño y apoyo.
Según el Grupo de Apoyo Mútuo, la movilización de
simpatizantes de alquiler les ha costado a los tributarios chapines un mínimo de Q21 millones; y
hoy leemos que en Totonicapán, miembros del personal de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente pasó lista a las mujeres que asistieron a la manifestación de apoyo que fue organizada allá; en tanto que en Quiché, el diputado oficialista, Lester Reyna, convocó a los alcaldes de allá para que movilizaran campesinos. En Chimaltenango las expresiones de apoyo para Los Colom estaban plagadas de trabajadores de dependencias públicas y de municipalidades, y en otras provincias decenas de burócratas y maestros dijeron que la administración les advirtió que si no asistían a las concentraciones de cariño para
San Nicolás y
Evita, no les iban a pagar sus sueldos.
Ya se ve que no sólo se trata de pagar por amor; sino que, si es necesario, el amor se consigue por la fuerza, por la extorsión, o por el hambre.
Curiosamente, San Nicolás solicitó, ayer, que sus seguidores ya no salgan a manifestar. ¿Será que se le está acabando la plata? ¿Será que ya alguien le dijo que no sea sinvergüenza?
La línea, por cierto, es un sector de prostitución en la ciudad de Guatemala. Se llama así porque las
hileras de cuartitos en los que las sexoservidoras ejercen su oficio corren paralelas a la línea del ferrocarril, allá por el barrio de Gerona.
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This entry was posted on lunes, mayo 25th, 2009 at 4:59 pm and is filed under Alvaro Colom, corrupción, manifestaciones, Sandra de Colom.
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