El placer del Scrabble

No se cómo ocurrió; pero durante años olvidé lo mucho que me gusta jugar Scrabble. Y ayer por la tarde redescubrí ese placer. El reto de encontrar la mejor palabra posible, y de aprender nuevas palabras, ¡¿Cómo pudo olvidarseme eso?!

En dos palabras, el Scrabble se trata de formar palabras; y de alguna manera se parece a un crucigrama. Cuando era niño y adolecente lo jugaba con mi abuela, Frances, que era la diosa del Scrabble en inglés y en español. En casa de mis padres no lo jugábamos mucho, pero me dió mucho gusto, ayer que abrí el juego, encontrar anotaciones de punteos de principios de los años 90 en las que están los nombres de mi madre y de mis hermanos.

Francamente yo no soy muy de juegos. Nunca me gustó jugar a las cartas, por ejemplo. Y sólo de cuando en cuando jugaba Spite and Malice con mi bisabuela, más por complacerla que por divertirme. Nunca fui particularmente bueno con el Ajedrez; pero en un año el el que mis padres nos regalaron un Ajedrez, para la Navidad, mi hermano y yo disfrutábamos mucho cuando llegaba a casa mi tío Freddy porque el sabía bastante de ajedrez y nos enseñaba con gusto. En ese tiempo, también, pasaba buenos ratos jugándo Monopolio con mis padres y mis hermanos.

El Dominó me gusta un poco, pero no me da placer como el Scrabble. Para hoy en la tarde, ya tengo planeadas unas partidas de Scrabble entre letras, palabras, buana conversación, buena compañía, y café del mejor.

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