Cándido anda sorprendido y no puede entender porqué es que los precios solidarios, acordados entre la administración socialdemócrata y algunos empresarios, resultaron inoperantes, cuando no una farsa total. Lo que pasa es que Cándido no sabe que los precios no son el resultado de acuerdos y de pactos.
En el caso del aceite vegetal, la administración dijo que el precio acordado es de Q14.84 para la presentación de 750 mililitros. Sin embargo, esa presentación casi no se encuentra en los puntos de venta. El hecho es que alguien está tomando atol con el dedo; alguien se lo está proporcionando.
El viceministro de Economía, Erasmo Velásquez, prometió que verificará los datos y que desconoce si el acuerdo se había convenido con una marca específica o más, pero que si esa presentación no se usa mucho en el consumo popular habría que replantear el acuerdo con los empresarios.
En el caso del pollo importado se reportan precios que van dese Q6.75 a Q7.50 por libra, en piezas de pierna y cuadril. En varias carnicerías visitadas ayer, se vendía a Q7.50 la libra, aunque en otras tenía un precio de Q8. “No puedo rebajarla de Q8, porque los proveedores ya me la vendían más cara cuando el Gobierno sacó sus precios”, contó Gloria Monzón, que sabe más que Cándido y que el viceministro porque es encargada de una carnicería en la zona 1, y no tiene un pelo de tonta.
Velásquez afirmó que no se trata de precios “sugeridos” que se puedan mover en algún rango; sino son precios “acordados” para mantenerlos estables. A cambio de qué, pregunto yo.