En Argentina se roban unos nueve mil teléfonos móviles al día, dice un despacho de Efe que leo en Prensa Libre. A lo mejor los argentinos deberían de aprender de los guatemaltecos; porque aquí, desde que fue aprobada la Ley contra el robo de celulares, aquellos robos ya no ocurren.
¡Si pues! A lo mejor pasa algo que nadie se imagina. A lo mejor las multiplicación y la especificidad de las leyes no resuelven los problemas. Quizás, talvez, sería mejor que los ladrones tuvieran la certeza de que van a ser castigados sin importar qué es lo que se roban; y no que hubiera una ley contra el robo de automóviles, otra contra el robo de casas, otra contra el robo de móviles, otra contra el robo de motos, otra contra el robo de información electrónica y así ad infinitum.
Talvez la certeza en la aplicación de la ley es más importante que la demagogia.