06
Nov 20

Adiós a una gran dama

Siang Aguado de Seidner era una grande dame, su grandeza intelectual era sólo igualada por su estatura como ser humano.  Hay personas que llegan a ser instituciones, y Siang fue una de ellas.

A Siang la conocí a principios de los años 80 en el viejo campus de la Universidad Francisco Marroquín, porque era la hija de Salvador Aguado-Andreut; pero nunca estuvo a la sombra de aquel grande de la enseñanza de la literatura y del idioma español.  Siang brillaba con luz propia, ¡Y como brillaba! Una conversación con ella sobre temas de historia, cultura, o savoir faire era capaz de hacerle el día a quien tuviera la dicha de participar, ya fuera para estar de acuerdo con ella, o no.

Siang de Seidner y Luis Figueroa en la UFM.

Lo suyo no era sólo saber mucho (eso cualquiera); sino saber compartirlo, saber enseñar, saber inspirar.  Lo suyo era ser maestra en el sentido más honroso de la palabra.

Siang de Seidner recibió muchos reconocimientos en vida.  Fue celebrada públicamente entre los grandes educadores de Guatemala; recibió la Orden de las Palmas académicas, que confiere el gobierno de Francia; fue homenajeada por el Banco Industrial, propuesta por la Asociación de mujeres periodistas y escritoras de Guatemala; recibió la Orden Gabriela Mistral, de Chile; y la UFM también le reconoció su labor.  Pero, sobre todo, Siang se llevó el cariño, el respeto y la admiración de su familia, amigos, colegas, estudiantes y colaboradores.

Fue autora de El juego de los espejos, libro en el que compartió sus reflexiones sobre temas variados; meditaciones frescas y espontáneas, escritas con esa naturalidad que es propia de las personas que son blancas y puras como la luz del día, o como la luz de la Luna.

Siang de Seidner y Manuel F. Ayau.

Cada semestre, Siang me honraba con permitirme presentarla en la cátedra Salvador Aguado, que ella dirigía en la UFM.  Cada semestre yo compartía con sus estudiantes la emoción de lo que se venía.  Y cada solsticio de invierno me gustaba pasarle dejando una mermelada hecha en casa, como homenaje y como agradecimiento. Y hoy escribí estas líneas con tristeza; pero con gratitud por haber caminado, detrás de ella, aunque fuera un pedacito del camino.

Columna publicada en elPeriódico.


05
Dic 13

Adiós a Nelson Mandela

Nelson Mandela, que murió hoy, era un grande y ahora es un inmortal. Inmortal en la memoria e inmortal es su huella.  Una de mis frases favoritas de su autoría es la siguiente: Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He peleado contra la dominación blanca, y he peleado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan en armonía.

Luchó contra la dominación por parte de tirios y troyanos; entendía la importancia de la sociedad de personas libres y la de la conviviencia pacífica.  Y me gusta pensar que por democracia (qué es el gobierno de la mayoría) entendía la república (que no sólo incluye el sufragio universal, sino el respeto a los derechos individuales de todos por igual, la división del poder, el constitucionalismo y otros valores afines).

Comparto con ustedes unas palabras que le dedicó mi amiga, Siang, en 1999. Pueden verlas en este enlace.