Con la muerte del barítono Luis Felipe Girón May, los guatemaltecos hemos perdido a un gran artista. Luis Felipe era un maestro de su arte y un amante de la buena música, la buena comida y la buena vida. Era un apasionado de la ópera.
Durante su vida profesional llevó su arte por casi todo el mundo y quienes tuvimos la dicha de escucharlo en operas y en recitales sentimos mucho su partida. Yo tuve la suerte de conversar con él porque solía presentarse con frecuencia en espectáculos de la Organización para las Artes Francisco Marroquín; y también tuve la suerte de platicar con él, varias veces, en Villa Elena donde gracias al mecenazgo de María Elena y Werner ofrecía recitales con estudiantes y colegas.