Los indignados, en ciudades como Nueva York, Oakland, Filadelfia y otras se orinan en las calles y hacen ruido a todas horas. Obstruyen accesos de emergencia y exponen deshechos humanos. Les exigen a los comerciantes locales que les den cosas grátis, o que se las den con grandes descuentos. Dan asco. Da la impresión de que -aunque se dice que los problemáticos son la minoría- las masas de indignados también los son de saqueadores salvajes que dejan todo inmundo.
A mí no me extraña porque aquí pasa algo de eso. Los manifestantes del 20 de octubre, del 1 de mayo, y los que participan en las manifestaciones que son organizadas ad hoc para cualquier cosa que a la dirigencia popular le de la gana, pintan paredes y destruyen monumentos. Dejan las calles y plazas llenas de basura y de meados. Cuando no de otras cosas. Obstruyen, perjudican y dañan.
Esto en contraste con las que no son organizadas por la dirigencia popular, que cuando se organizaban en El Obelisco, o en la Plaza de la Constutición, o recorrían alguna vía pública, no sólo dejaban todo límpio, sino que se empeñaban en no molestar.
En contraste, también, con las reuniones públicas que organiza el Tea Party; que son limpias, ordenadas y respetuosas.
Contrastan, pues, las manifestaciones que organizan los indignados, saqueadores y salvajes, con las que organizan los productores, generadores de riqueza y civilizados. Aquí, y en Nueva York.
La foto es de una pinta en la Sexta Avenida de la zona 1, en la ciudad de Guatemala.
Y para mayor “honra”, de este tipo de movimientos,en nuestro pais, esto forma parte de “sus derechos a manifestar y de peticion, plasmados en la constitucion”. Y asi quieren formar parte de la conduccion del estado.-