Si ves una cola de gente que está recibiendo obsequios en la calle —que pueden ser pequeños recuerdos, o tamales con pan y café— es porque estás en la fiesta de San Judas Tadeo, en la ciudad de Guatemala.
¿Sabías que existe el Índice de San Judas Tadeo? Si en la iglesia hay más flores que velas es que las cosas van bien; y si hay más velas que flores es que las cosas van mal. Eso me lo contó mi colega, Carlos, y es porque la gente deposita flores como agradecimiento y enciende velas a modo de rogativa. Si hay más agradecimientos es que las cosas van bien y si hay más rogativas es que las cosas van mal…especialmente en materia financiera.
Tradición importante en esa festividad es que las personas que reciben favores del patrono de las causas difíciles agradecen los milagros mediante obsequios que regalan a quienes lo visitan en el día de su festejo, que es hoy.
La fila más larga que vimos fue la de tamales con pan y café, ofrecidos por una dama muy elegante; y sus asistentes llevaban T-shirts que decían Antojitos Superfronteras. Hubo quienes regalaban estampitas y otros recuerdos, también panes con jamón, chuchitos… y a Raúl le regalaron un pañuelo. A mí solo me cagó el reloj un pájaro.
Durante esta conmemoración había música de marimba en el interior del templo y mariachis en el atrio. Con mi cámara capté dos familias que llevaban sus imágenes; pero había muchas más que hacían lo mismo.
Es conmovedor ver a las personas que llegan con aflicciones en busca de protección, auxilio y soluciones; pero también es alegre ver a niños y ancianos comiendo las ofrentas de agradecimiento que llevan los devotos.
San Judas Tadeo, por cierto, comparte día de festividad con San Simón o Maximón. Este santo sincrético también resuelve causas desesperadas. ¿Qué tipo de cosas le pides a este personaje? Según un amigo: el tipo de cosas que no te atreverías a pedirle a la Virgen María.
Si visitas Carpe Diem con frecuencia sabes que me gustan muchísimo las tradiciones y las fiestas callejeras, místicas o no. Una vez escuché, de un habitante de San Sebastián, Retalhuleu, que Un pueblo sin tradiciones es un pueblo muerto. Dichosamente, los guatemaltecos —a lo largo y a lo ancho del país e incluso cuando migran— tienen las más variadas y ricas tradiciones. Todas con tronco y raíces comunes, pero adaptadas e interpretadas de acuerdo con los sistemas de creencias y patrones de crianza de millones de individuos, familias y poblaciones. Las tradiciones también crean comunidad, nos dan sentido de estabilidad y de pertenencia, y sentido de propósito común… cuando hace falta. De ahí que el valor sanador y constructor de las tradiciones sea consecuencia de un largo proceso evolutivo, y no pueda ser el resultado de imposiciones ni de prohibiciones. Y ese valor se aplica incluso para tradiciones cuyo contenido místico uno podría no compartir.


