“Las golondrinas” para la CICIG

El viernes pasado yo andaba presumiéndole Guatemala y la comida garífuna a un visitante extranjero cuando los timbres de mi teléfono empezaron a llamarme la atención insistentemente: Todo el mundo andaba con que el gobierno de Guatemala le avisó al Secretario general de la ONU que el Estado de Guatemala no solicitaría la sexta prórroga al mandato de la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala  y con la novedad de que había vehículos armados rondando la sede de aquella comisión.

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Luego me enteré de que el gobierno respetaría el plazo vigente de la CICIG y que esta seguiría hasta el 3 de septiembre de 2019, por lo que se le solicitó a la Comision que traslade sus capacidades técnicas a las organizaciones estatales correspondientes…que sospecho que no están preparadas; en buena parte porque para  la CICIG no era prioritario prepararlas para un mundo sin ella.

De cualquier manera digo que es lo que procede.  Después de diez largos años de operaciones, la CICIG no sólo no ha desmantelado cuerpo ilegal, o aparato clandestino alguno ligado al narcotráfico (o no), sino que no ha desmantalado el sistema de privilegios y arbitrariedad en el que medra y se cultiva al corrupción.  En diez años la Comisión no sólo no fortaleció al Ministerio Público, sino que lo hizo dependiente y adicto a ella.  En diez años, ¿cuántas sentencias condenatorias firmes ha logrado la colaboración entre la CICIG y el MP?  En diez años lo que si hubo fue justicia selectiva, cacería de brujas y canalladas como la de la persecusión contra los hermanos Valdés, como las que hubo contra Alejandro Giammattei y Carlos Vielmann y la que hay contra Erwin Sperisen. En diez años lo que hay en el historial de la CICIG es la canallada en el caso de Khalil y Marjorie Musa.

En sus primeros 6 años la CICIG no hizo mucho más que proteger a la administración de los Colom/Torres y su partido UNE que es miembro de la Internacional Socialista, y durante los 3 ultimos años lo que se ha visto es que la Comisión no sólo le ha allanado el camino electoral a aquella organizacion y a grupos como Semilla y el Movimiento para la liberación de los pueblos (Codeca); sino que hace comenzó su infiltración en el Tribunal Supremo Electoral.

La historia de la CICIG es una de intimidación contra jueces, fiscales, empresarios, periodistas, a veces sutil mediante el señalamiento de que cualquiera que se oponga a sus designios es necesariamente miembro de un pacto de corruptos, y a veces mediante acusaciones penales y persecusiónes judiciales directas.  Que, no serían formas de intimidación, si no respondieran a formas de justicia selectiva ya que no todos los señalados y perseguidos son tratados con igualdad ante la ley, sino que se privilegia aquellos que son afines a los designios de la Comisión.  Designios que no respetan las garantías consitucionales, ni el debido proceso, ni responden a la búsqueda de justicia. Si no, ¿cómo te explicas que algunos señalados son tratados como Enrique IV en Canossa, y a otros sólo se les dan palmaditas?

Cuando en tiempos de la CICIACS se hablaba de una comisión que viniera a arreglar las cosas, en el espíritu de los que se esperaba de la CICIG, me opuse a la idea (que otros apoyaban con entusiasmo, otros que ahora reniegan de ella) por dos razones:

  1. Los chapines tendemos a no resolver los problemas de fondo y este iba a ser un caso de esos en que, en vez de fortalecer el Ministerio Público, la Policía Nacional Civil, el Organismo Judicial y el Sistema penitenciario, lo que iba a pasar es que íbamos a crear un nuevo ente que hiciera lo que no hacían los otros.
  2. Nos iba a confirmar como eternos inmaduros, incapaces de hacernos responsables de nuestra sociedad, por lo que íbamos a depender quién sabe si para siempre, de la tutela internacional.

…y dicho y hecho…con el agravente de un tercer elemento que descubrí hace poco: Que la CICIG tiene poder e influencia, y no está sujeta al sistema republicano de pesos y contrapesos.  La Comisión y su jefe no responden a los electores y tributarios guatemaltecos, y en aras del mayor bien (en realidad del supuesto mayor bien que es su proyecto de nación), hasta han llegado a estar por encima de la Constitución y la ley.

La Comisión y sus fans olvidaron que, para ser exitosa (y sólo los delincuentes no querrían que tenga éxito), la lucha contra la corrupción debe ser dentro del Estado de derecho.

Sospecho que la Administración no tiene nada preparado; por lo que los guatemaltecos deberíamos embarcarnos ya en el fortalecimiento del Ministerio Público, la Policía Nacional Civil, el Organismo Judicial y el Sistema penitenciario, en vez de llorar como niños a los que se les ha quitado el pepe y los ha soltado la niñera. Me uno a la sugerencia de Marta Yolanda Díaz-Durán en el sentido de que  la Fiscalía de crímenes internacionales en el Ministerio Público, que va a contar con la ayuda de agencias estadounidenses tales como el FBI, la DEA y la ICE, puede también asumir la tarea de perseguir a los corruptos de todos los gobiernos, incluidos los actuales y los que estén por venir. Este último un hecho que será inevitable una vez no cambiemos el sistema descrito con anterioridad. ¡Con, o sin CICIG, todos contra la corrupción!

Este es el momento en el que las élites guatemaltecas tienen que probar que son dignas de llevar aquel nombre.  ¡Con, o sin CICIG, todos contra la corrupción!

Dicho lo anterior, ¡que desatinado y que despropósito fue ese de sacar vehículos armados a rondar por la cede de la CICIG! ¡Qué desatinado y que despropósito fue ese de que el Presdiente anunciara la no prórroga de la CICIG rodeado de comandantes de zonas militares y otros jefes del ejército!  ¡Con aquellos despliegues sólo les sirvieron municiones, en bandeja de plata, a los que viven del conflicto, a los exguerrilleros y a los fans de la Comisión! ¡Qué desatinado y que despropósito haber comprometido al Ejército!

Cabe que, como dicen por ahí, Jimmy Morales y su equipo más íntimo tuvieran intenciones ulteriores y que estas hayan sido desactivadas oportunamente.  Cosa que atribuyo a que esta administración (a la que le sonó la flauta porque las opciones de Sandra Torres, o Manuel Baldizón eran evidentemente peores) no le quedó otra que raspar la olla y no cuenta con funcionarios de la talla que había hasta no hace mucho. A eso súmale que al Presidente le quedó enorme el tacuche y fue acorralado desde el principio por la torpeza de su hijo y su hermano, torpeza que fue bien aprovechada por la CICIG y su coro.

¿Qué noté durante estos tres últimos días?

  • Que los grupos que desde los años 60 han tratado de tomar el poder por la fuerza han afinado su habilidad para utilizar temas como la lucha contra la corruptión, y la institucionalidad incipiente contra casi cualquiera que tenga la osadía de cuestionar sus designios y su proyecto de nación.
  • Han descubierto que el diseño institucional del sistema político es permeable a su capacidad de cooptarlo y que ya no es necesario usar la fuerza no sólo para controlar el gobierno, sino que para remover obstáculos personales e institucionales.
  • Que los partidos políticos no pueden ser más irrelevantes.  Con un par de excepciones -que no hicieron mucho más que publicar comunicados- ¿dónde han estado los partidos políticos desde el viernes?  En Guatemala se están escribiendo los libros de historia y ningún partido político se hizo presente como se hacían presentes el Partido Unionista, el Partido Revolucionario, el Movimiento de Liberación Nacional o incluso la Democracia Cristiana Guatemalteca, por mencionar nombres.  Lo que llamamos partidos políticos no son más que pelusa en el ombligo, y en el mejor de los casos, meras roscas electoreras.
  • Los grupos políticos y grupos de interés que se beneficiarían de un colapso del gobierno constitucional se sirvieron de la prensa y de las redes sociales para tratar de imponer la idea de que hubo un golpe de estado al estilo del de Jorge Serrano y crearon una marea de opinión que fluye fuertemente y tiende a pasar sobre todos los obstáculos y a invisibilizar todas las opiniones contrarias.

¿Es bueno empezar a  ensayar Las golondrinas para la CICIG? Yo digo que sí; pero las élites del país -y los electores y los tributarios- no debemos saltar al vacío. ¡Todas las agendas de seguridad, justicia e institucionalidad que estaban pendientes hace diez años, siguen pendientes!  Con excepción de los daños insitucionales y personales que ha causado, la CICIG deja las cosas casi como las encontró.  ¿Y qué vamos a hacer? Yo digo que los que tienen vocación ya pueden empezar a actuar como próceres, y dejar a un lado las rivalidades personales.  Yo digo que no es cierto que no haya propuestas sobre la mesa.  Ahí está lo que se pueda rescatar de ProReforma y la propuesta de reforma judicial que se derivó de ella.  Yo digo que los chapines somos mejores de lo que creemos.

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