Volvemos a caminos de herradura

Una de las cosas que más disfruto en la vida es viajar por Guatemala.  La comida que como, la gente que conozco y los paisajes que veo en mis paseos por Huehuetenango, Petén, Alta Verapaz, la costa sur y Oriente, son entrañables.  Pero con el estado de las carreteras, pueden volverse peligrosos y costosos. Y pensar que a finales de los 90, cuando las carreteras estaban re bien, no faltaba quien decía que las carreteras no se comen.

¿Sabes que ahora se transita a 15 Kms./Hr.  más lento que antes, debido al mal estado de las carreteras?  Pareciera que volvemos a caminos de herradura.  Guate es el país centroamericano con menos metros de carretera por habitante. En el área, sólo en Costa Rica está peor calificada la calidad de la infraestructura vial.

Hay que hacer algo, y pronto, no sólo para el turismo, sino para toda la actividad económica grande y chica.  La calidad de vida de millones de personas se ha deteriorado con los caminos polvorientos de la patria.

No creo, sin embargo, que para solucionar este problema la mejor solución sea las alianzas público/privadas.  Esto es porque sector público quiere decir estatal, o político, y eso quiere decir íntimamente relacionado con el ejercicio del poder.  El sector estatal y el sector privado se rigen por principios incompatibles: el primero es propio de las relaciones coercitivas, en tanto el segundo es propio de las relaciones voluntarias.  En el primero la legislación faculta a hacer sólo lo que está permitido, y en el segundo los actores pueden hacer todo lo que no está prohibido.

Estoy convencido de que si queremos buenas carreteras –como la del Puerto de San José y la VAS– el sector político, coercitivo y tendente a la arbitrariedad y a la corrupción (remember Lord Acton), debe salir de la ecuación. Lo cual no quiere decir que deba quedar al margen.  Alguien tiene que garantizar la seguridad y la justicia cuando haya que hacerlo.  Es una ilusión, suponer que -en un ambiente donde no suele prevalecer el estado de derecho- las alianzas público/privadas no van a ser contaminadas por los males que traen los poderosos, acostumbrados a actuar arbitrariamente.

Actualización: a quien quiera que esté interesado en este tema, y esté a la búsqueda de propuestas concretas, le recomiendo Street Smart: Competition, Entrepreneurship and the Future of Roads, por Gabriel Roth.

Columna publicada en elPeriódico.

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