A estos no los había visto desde hace un montón de tiempo. Les decíamos chayes cuando era niño porque, en Guatemala se les dice chayes a los pedazos de vidrios rotos. Son dulces de azúcar que parecen pedazos de vidrios rotos. Vienen en esos cucuruchos y adornados por banderas de papel de China de colores.
En medio del alboroto sólo se me ocurrió tomarles fotos y olvidé comprar uno. Espero que en mis andanzas de hoy, por el Centro Histórico, me tope con un vendedor de chayes para comprar unos y compartirlos en Carpe Diem.
Tan lindos que son. Te comes uno en mi honor. Se me había olvidado que existían.