En Guatemala les llamamos chupetes a los pirulís. Son esos dulces o caramelos duros, de forma cónica, que se venden en las procesiones y en las fiestas populares. Vienen envueltos en un papel muy delgado que, generalmente, se les pega y hay que quitar con paciencia.
Quienes los venden los llevan en tablas con agujeros, que sostienen sobre un palo que pueden apoyar en el piso. Los pirulís son coloridos y se toman por el palito. Hace años, en las procesiones antigüeñas había un vendedor de estos dulces que me divertía mucho. De repente pegaba un grito: ¡Miren! y cuando la gente volteaba a verlo gritaba: ¡Chupetes, chupetes! Más de uno se pegaba un susto mayúsculo al grito de ¡Miren! y era muy divertido ver la cara del vendedor y las caras de las personas que no sabían qué estaba ocurriendo.
Qué alegre saber que todavía existen esos chupetes.
… y los “chupeteros” a veces gritaban: “los de piña para la niña” “los de melón para el señorón”……….. jajaja!!!