Los huevos chimbos son mis dulces típicos guatemaltecos favoritos. Son de puras yemas de huevo y miel, una cosa muy sencilla, pero deliciosa. Además, tienen un atractivo color de oro. La foto la tomé con mi móvil y no capturó el color; pero haz de caso que son como rayos de sol comestibles.
La primera vez que oí hablar de ellos fue allá por el año del terremoto cuando mi tía abuela, La Mamita, me los mencionó; y, curiosamente, no fue sino hasta unos años después, cuando ella ya había muerto, que los probé porque los hice en casa con la ayuda de mi abuelita Juanita. La primera clave está en batir bien las yemas hasta que estén casi blancas y en cocinarlos en baño maría, o con el horno apagado. Es decir poniéndolo al máximo mientras se calienta y luego apagarlo cuando se introduce el recipiente con las yemas y dejarlas así unas 4 horas. La segunda clave es la miel que debe tener una consistencia tal que se introduzca en las yemas y al mismo tiempo no choreee.
Los de la foto, llamados chimbitos, los compré en La Antigua y son tan buenos como los hechos en casa.