En un rincón de esta casa viví…en otra vida. Ayer pasé por ahí y me dio algo de nostalgia. Me dio mucha pena ver el inmueble abandonado e invadido por malezas. Me dio tristeza verlo invadido por el silencio; y sus claroscuros me sobrecogieron.
Es maravilloso cómo es que un solar es capaz de atesorar recuerdos, imágenes, sonidos, aromas, texturas y sabores. Me vi entrando y saliendo por ese zaguán. Me vi entrando por primera vez, y me vi saliendo por última vez. Un desfile de caras y risas pasó frente a mí, y una lágrima se coló. Y no es que añore esos días, para nada. Es sólo que les tengo cariño. Es sólo que mi vida se enriqueció tanto, que el abandono de esas paredes, ese patio y esas ventanas me produjo algo como…como aquí adentro; y lo que se me vino a la mente fue Oriental, de Enrique Granados.