Cuando vayas a pagar el impuesto de circulación de tu vehículo…y cuando alguien se refiera a tí como contribuyente, acuérdate de esto:
- Covial pudo haber ahorrado Q29 millones en 2012; pero como lo que se gasta es la plata de los tributarios y como los que toman las decisiones no enfrentan las consecuencias de las mismas, en 78 concursos, de 362, Covial pudo obtener precios más económicos pero excluyó a los oferentes con los precios más bajos. Estos 78 concursos costaron Q182.4 millones, pero pudieron costar Q29 millones menos. Ahí es a donde va a parar el dinero que no tendrás para completar la colegiatura de los niños, para la renta de la casa, o para la mensualidad de tu vehículo.
- Pero claro que el desperdicio, la mala administración y seguramente que la corrupción no se quedan ahí. El programa de repartición de fertilizantes genera pérdidas millonarias. Los abonos no se les dan a quienes los necesitan; y quienes los reciben los usan mal. No producen diferencias significativas en el rendimiento de los cultivos y en el caso del frijol hasta se han registrado descensos ya uqe la mineralización del suelo es excesiva. ¡Así se desperdicia el dinero que te hace falta a fin de mes!
- Y sigue la piñata: las obras que los pipoldermos les encargan a organizaciones no gubernamentales (que normalmente son propiedad de grupos de interés, de amigos, familiares, o compadres) son defectuosas; y se asignan a pesr de que está prohibido. Puentes, pavimentación de tramos, edificios escolares, salones de usos múltiples, sistemas de drenajes e instalaciones deportivas son construidas de forma defectuosa y sirven para enriquecer a funcionarios y políticos. ¿Y quién las paga? Las pagas tu.
Acuérdate de todo esto cuando alguien diga que eres contribuyente y cuando vayas a pagar el impuesto que los pipoldermos le ponen a tu vehículo para financiar aquellas barbaridades.
[…] repartirla entre las ONG de sus compadres, parientes y amigos; ni tendrían para hacerla piñata. Haz clic si quieres ver algunos […]
[…] ¡Oiga, Presidiente!, muchos de esos muchachos a los que usted trata con tanto irrespeto trabajan en condiciones precarias porque su administración, y las que la han antecedido, desperdician el dinero que toman de los tributarios. Lo desperdician, lo maladministran y se lo roban. […]