Entre los grupos de ciudadanos más vulnerables -a cargo directo del estado- están los ancianos y los niños (recluidos en hogares administrados por burócratas y políticos), los presos (en las cárceles) y los enfermos mentales (en hospitales). Cárceles y hospitales administrados por burócratas y políticos. Hoy, que leí acerca de los abusos de todo tipo que sufren los pacientes (o las víctimas) del Hospital Nacional de Salud Mental Carlos Federico Mora, pensé en dos cosas: una, es en lo retorcido que es entregarles a los burócratas y políticos (que sabemos que son corruptos e ineptos) el cuidado de las personas más vulnerables entre nosotros; y otra, es dos preguntas, las preguntas de ¿qué es lo que lleva a alguien a aceptar la dirección de una organización estatal en la que se cometen abusos, y qué es lo que le permite permanecer ahí sin acabar con los abusos?
¿Qué clase de gente puede dormir tranquila sabiendo que bajo su dirección se cometen actos de indignidad y de violencia contra seres humanos vulnerables e indefensos? A tí, ¿no te inquieta que con con los impuestos que te quitan existan lugares tan espantosos como el Carlos Federico Mora?