Efectos criminales de la ley antiadopciones

Aquí hay algo para que los promotores y patrocinadores de la ley criminal antiadopciones mediten en la nochevieja: 56 menores fueron abandonados en 2011; y 18 de ellos eran bebés de menos de 1 año de edad. Cuando estén comiendo sus uvas y su pavo, cuando estén brindando y cuando abracen a sus hijos, yo deseo que el llanto de los niños abandonados les eche a perder la fiesta y que los obligue a enmendar los daños que han causado.

Yo quisiera saber cuántos niños fueron abortados, en 2011, porque sus madres (o padres) no encontraron otra opción frente a la paternidad no deseada.

Antes de la ley antiadopciones, la noble institución de la adopción era una posibiidad ética y económica para las personas que no deseaban criar a los hijos que tenían. Pero ahora, que esa puerta está cerrada, sospecho que muchas personas (por la razón que sea) no tienen más opciones que abandonar a sus neonatos, o abortar.

Los promotores y patrocinadores de la ley antiadopciones se salieron con la suya; y cada niño abandonado en un basurero, o cada feto envuelto en periódicos lo atestigua. Cada niño que pasa la Navidad y el Año Nuevo sin familia, recluido en manos de políticos y burócratas, es un símbolo de aquella victoria pírrica.

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