Mi niño interior celebró sabroso

Ayer, que fue el Día del Niño, mi niño interior dispuso que iba a celebrar con una botella de sake que tenía por ahí, y con un pescado que le gusta mucho.  El pescado se sazona con sal y Five Spices, luego se fríe en aceite de maní.  Cuando ya está bien dorado y tostado se retira del aceite en el cual se fríe cebolla cortado finamente y con gracia.  Una vez cristalizado en cebollín se le añade salsa soya y eso se le pone encima al pescado.  ¡Ay carajo, que cosa mas rica!

Ayer ya no pude porque se me atravesó otra delicia: una discada mexicana  y la buena compañía de mis buenos amigos.  La discada, por cierto, se llama así porque es preparada en un disco de arar convertido en una forma de cazo, en el que se prepara la carne.  Así que, ayer, mi niño interior celebró con micheladas y discada.

Empero, como niño es niño, hoy se salió con la suya y en casa preparamos el pescado acompañado por una ensalada magnífica, hecha con uno de mis aderezos favoritos: el de chile pasa asado.

¿A ver si no es consentido mi niño interior?

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