Mañana cumplo 50 años, y si el Congreso no hubiera engavetado Pro-Reforma, en desobediencia al artículo 227 de la Constitución, que dice que aquel órgano debe ocuparse sin demora de las reformas constitucionales que se planteen, este es el año en el que me hubiera tocado elegir senadores. Otra reforma que clama por atención es la reforma electoral.
En esta elección fue evidente que los partidos ningunearon al TSE, al Registro de Ciudadanos y a la Ley Electoral. La absurda prohibición de hacer campaña antes de la convocatoria oficial fue ignorada. ¿Quién cumplió en 100 por ciento la obligación de hacer transparente su financiamiento? ¿Qué pasó con los límites fijados para los gastos de campaña? Hubo candidatos inscritos sin finiquitos. Los partidos siguen siendo roscas electoreras, y no intermediarios entre mandantes y mandatarios. En el interior, las pasiones agarran fuego.
En cuanto a los candidatos, abundaron las nominaciones de carácter familiar y clientelar. El populismo adquirió dimensiones sudamericanas. Muchos tienen la impresión de que para la segunda vuelta se presenta un dilema entre dos males. Con todo y todo, la “magia” de los comicios se hizo presente en el entusiasmo de las multitudes que se entregan en las Juntas Receptoras de Votos, en el Centro de Cómputo y entre los miles de voluntarios. La “magia” estuvo entre los votantes que acudieron a darles sus votos a los candidatos, o a expresar su rechazo legítimo a un sistema que se está agotando. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que la mayoría ponga, en todas las papeletas, las groserías que pone en las del Parlacen? ¿Llegaremos a ese momento antes de que el descontento se vuelva violento?
Es un cliché recordar aquello de que, en chino, la palabra crisis es la misma que oportunidad, pero a sabiendas, mi opinión es que deberíamos aprovechar que los chapines han madurado bastante en algunos aspectos cívicos (después del serranazo, después de las jornadas de mayo de 2010 y luego de las amenazas que sufrió la Constitución en estos comicios) y empezar a trabajar en una reforma electoral y de partidos.
Una que consolide el sistema republicano, que acabe con los privilegios, que amplíe y fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, que opere en favor de los mandantes, y que aproveche la energía y el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. Una para antes de que el descontento se vuelva violencia.
Esta columna fue publicada en El Periódico.
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Estimado Luis, sólo aquí pude encontrar un espacio para dirigirme a usted. Por favor, visítenos en este blog http://aclarandomentirasyrumores.blogspot.com/
Por alguna razón extrañísima, el Sr. Zamora ha desatado una campaña espantosa de desprestigio contra Inngmar Iten. Juzgue usted: 1) Le publica un artículo, sin ninguna prueba ni dato verificable, con acusaciones horribles (robos, asesinatos, lavado, etc) y con injurias desmemedidas; 2) Le cambia una letra a su nombre, 3) pixela ligeramente los rostros en las fotos, 4) no le contesta sus solicitudes de entrevista y prohibe a todos en elPeródico que le respondan, 5) le niega el derecho de respuesta. Y como respuesta a las vehementes solicitudes de una entrevista para demostrarle que quienes le proveen el material de calumnias son personas del crimen organizado, le publica dos artículos difamatorios adicionales. Esto no puede ser periodismo, y seguramente no va con los valores que defiende Ayn Rand, y que usted comparte. En ese blog todas las cartas que se han enviado a elPeriódico.
Las reformas constitucionales propuestas por ProReforma no solucionan el problema: lo agravan. Desafortunadamente, las propuestas son unicamente un “copy paste” a lo Rayo de algunas ideas expuestas en los 50s por pensadores libertarios -no liberales-. Hay que iniciar una discusion seria, no sectaria, de las reformas necesarias, empezando por la Ley Electoral y de Partidos Politicos. Mientras estemos peleando por imponer nuestra vision ideologizada sin admitir nuestros potenciales errores, volveremos a errar! Algunas de las propuestas de ProReforma tienen merito, pero si no salen de un dialogo formal, incluyente, serio y sin pretensiones de imponer nuestra voluntad, no seran viables. Cuando el movimiento ProReforma inicio sus gestiones, quise hablar con varias personas del movimiento, incluyendole a usted, ninguno me atendio, ni me escucho ni me dio la menor importancia… El unico con quien sostuve una charla amena fue el Dr. De La Torre.
Comparto sus sentimientos, José García. Lo mismo me ocurrió a mí. Yo quería intercambiar ideas con las personas de Prorreforma, y les escribí a su blog varias veces, pero nunca me contestaron. Mi inquietud era sobre su visión del ‘bien común’. Con todo y lo jurisprudencial y abierto que quería ser el proyecto, todavía arrastraba los principales vicios del ‘contractualismo’ moderno que ha parido todas las dictaduras que conocemos. Ojalá al fin pudiera conversar con alguien sobre esto. Smith es contractualista, lo mismo es Rawls. Ayn Rand es valiosa como referente sobre el valor del individuo, pero el individuo es también social por naturaleza, y allí está su vacío epistemológico, creo yo. Es necesario postular el ‘bien común’ para empezar a salir de la era moderna madre de todos los totalitarismos, e irnos quedando sólo con lo bueno. Ya se me fue la mano.
Estimado Luisfi, ¿a dónde puedo escribir?
roark61@gmail.com