Que voten por sus diputados del listado nacional y del distrito para que el Partido Patriota cuente con una aplanadora en el Congreso, pidió el candidato presidencial, Otto Pérez Molina, a los que se congregaron para escucharlo en Barberena, Santa Rosa.
La aplanadora que quiere Pérez es peligrosa porque aplana, elimina el disenso, deja al ras, impone, impide la discusión de otras, o de mejores propuestas, arrasa, concentra el poder, neutraliza la oposición constructiva, y daña no sólo al sistema republicano, sino al estado de derecho. No es sensato darle una aplanadora al Presidente del Ejecutivo. Es mejor optar por la división del poder.
Alberto Herrarte, en El estado de derecho, cuenta que el logro más importante que se le atribuye a la teoría del poder constituyente es la separación de poderes constituidos y que gracias a ese sistema se evita la concentración del poder en una sola persona, o grupo. Carl J. Friedrich, citado por Herrarte, advierte que la división del poder es la base del gobierno civilizado (¿como la concentración sería la base del gobierno incivilizado?).
Por supuesto que, como dice Herrarte, concentración del poder no quiere decir que una sola persona participe del ejercicio del poder, lo cual sería prácticamente imposible. Lo que pasa es que, silos participantes están sujetos al arbitrio, o a la voluntad de una sola persona, habrá concentración del poder. ¿Y para qué querría una aplanadora el próximo Presidente, quien quiera que sea, si no para actuar como si tuviera un cheque en blanco y para no tener que molestase con tratar con algún tipo de oposición? ¿Qué será de las minorías si se tienen que enfrentar a una aplanadora?