El modelo político está caduco…¿y entonces?

El primer informe de la organización Mirador Electoral confirmó lo que ya sabemos: que el modelo político que arrastramos desde mediados del siglo XX y que ahora se expresa en la Constitución de 1985 se agotó y está caduco.

Yo sugiero dos vías para evitar que aquellos agotamiento y caducidad terminen en alguna forma violenta que haga colapsar el sistema republicano.  Sugiero:

ProReforma, de lo cual ya hemos platicado bastante; y

Rondas simultáneas de votaciones (en inglés).

Si usted cree que votar por su candidato preferido es un desperdicio; porque no está en los dos primeros lugares de las encuestas, aunque sea la mejor de las opciones. Si por esa razón usted se siente obligado a votar por alguno de los que encabezan. A ustred le interesa el sistema electoral de rondas simultáneas.

El sistema actual de votaciones, en Guatemala, desanima a las personas para que voten por el candidato de su preferencia; y las incentiva a apostarle a los candidatos que encabezan las encuestas. Lo peor de todo es que a muchos electores no les queda más remedio que votar en contra, o sea darle su voto a un candidato no porque confíe en él y en su programa, sino para evitar que quede el otro.

Por eso es que el ganador de las elecciones chapinas, no es el ganador de la confianza de los electore chapines. Por eso es que la legitimidad del candidato ganador es cuestionada, por sus propios electores, desde el primer día que ejerce sus funciones públicas. Al ganador no se le vota por ser el mejor, sino porque el otro es peor. Se le vota porque el otro es peor.

Este sistema les permite, a los electores, no sólo marcar cuál es su candidato favorito en la papeleta; sino que, también, le permite ordenar al resto de los candidatos en orden de preferencias, en el caso de que su primera opción no resultara favorecida por la mayoría de electores.

De esta forma el voto no se desperdicia porque el ganador resulta electo en una sóla ronda instantánea de votaciones; y la gente tiene la oportunidad de votar de acuerdo con sus valores y sus ideales, y no en respuesta a sus temores.

El sistema, además, elimina las componendas políticas necesarias para una segunda vuelta y la supresión de esta resulta en un ahorro sustancial de recursos para los tributarios.

Ahí se los dejo al costo.

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