El viernes pasado limpié mi escritorio, en la oficina, y lo limpié profundamente. Saqué todas las gavetas y saqué todo lo que ahí había. ¡Y me encontré con este peine de Pan Am!
No recuerdo de cuándo es que vino a parar a mí este objeto, ni cuándo fue la última vez que volé en aquella extinta línea aérea. Si recuerdo, empero, que cuando era niño me entacuchaban para viajar. Recuerdo que las azafatas le regalaban, a uno, unas alitas de piloto con el logo de Pan Am. Había agua de colonia en los baños, y como me gustaría volver a oler ese aroma ya que me traería muchos recuerdos gratos.