En casa nos ha dado por las pizzas; y hoy, a atardecer, disfrutamos una deliciosa de tomates frescos rodajados, aderezados con berros y cebollines picados.
A mí me gustan mucho los berros casi de cualquier forma; y a la pizza se los ponemos cuando ha ha salido del horno y está bien caliente para que se luzca el sabor intenso de esa hierba.
El postre fue helado de chico, hecho en casa.
En casa de mis padres, las cenas de domingo podían ser muy especiales. Aveces era pizza, otras veces mi padre hacía panqueques (de colores, ja ja ja), o bien salíamos a comer a algún lugarcito por ahí. Uno de los preferidos era un pequeño Drive-Inn llamado La luciérnaga, que quedaba junto al actual Centro Financiero.