Dice, el dicho, que cuando un barco se hunde, las primeras en abandonar la nave son las ratas. ¿Será eso lo que está ocurriendo con la alianza entre el oficialista Unidad Nacional de la Esperanza y la Gran Alianza Nacional?
Como este tipo de alianzas no son de principios, sino de conveniencias temporales; cuando estas conveniencias son precarias, o desaparecen, las alianzas de desmoronan. Parece evidente que los de la Gana huelen que la UNE no las tiene todas para las elecciones próximas, a pesar de los manipuleos que el partido oficial parece estar haciendo desde posiciones dentro de la Administración de Los Colom/Torres. Y por ese motivo no quieren arriesgarse con sus posiciones en los listados de diputados.
Al final de cuentas los codazos por ocupar casillas con posibilidades de triunfo, entre personajes que han estado esperando el momento electoral durante cuatro largos años, debe ser una lucha muy intensa.
Esta sensación de que la UNE podría fracasar miserablemente en los comicios es una buena noticia; en parte por la posibilidad de que la corrupción, la mala administación y los abusos que fueron cometidos durante esta Administración no se vuelvan a repetir. En parte, también, porque en la desesperación, esto podría obligar a los miembros del partido oficial a cometer imprudencias que los pongan en evidencia.
