Así, todos juntos, estos chapines se pararon a esperar el tsunami, ¿con la esperanza de ver cómo venía la ola y luego contar la historia? ¿Será un forma de resignación frente a la tragedia, o una expresión del humor chapín?
En esta ocasión, la gente decía que se invitaba a los miembros de la Unidad de la Esperanza, a las playas del Pacífico a la hora que supuestamente impactaría el tsunami, porque les iban a hacer una ola.
En medio de las tragedias, o a las puertas de una, los guatemaltecos siempre muestran su sentido del humor. Inmediatamente después de el terremoto de 1976, que dejó cerca de 25,000 muertos, hubo un chiste célebre. En la televisión había un anuncio de insecticida en el que una ama de casa lo rociaba en la cocina, mataba a todas las cucarachas y preguntaba con voz de bóveda:¿Queda alguna cucaracha que decir? Y entonces el chiste era que, luego del terremoto se abrió el cielo y una voz como de trueno preguntó: ¿Queda alguna cucaracha que decir?
El año pasado, luego de la erupción del Volcán de Pacaya y cuando la ciudad de Guatemala se hallaba cubierta por arena negra, en medio de la incomodidad, y de lo que sin duda ha sido una tragedia en algunos hogares, el humor chapín no se hizo esperar. La mara decía que Con Los Colom ya la estábamos viendo negra, y ahora el Volcán de Pacaya puso su grano de arena.
La foto es por el cuate Alejandro Quinteros.