En su columna titulada Un estado modelo en Honduras, Alvaro Velásquez se refiere a las ciudades modelo que podrían establecerse en Honduras si prospera la reforma constitucional que permitiría las Chartered Cities en aquel país hermano.
Este tipo de ciudades se rigen por sus propias cartas fundacionales y no por las constituciones, ni legislaciones nacionales. Debido a que el tema ha sido recibido con entusiasmo en los círculos del liberalismo clásico, mucha gente supone que se trata de un proyecto que va en la dirección del individualismo. Pero no es así.
Siendo que las ciudades modelo se rigen por sus cartas fundacionales, de acuerdo con los valores de las personas que participan en su fundación, lo bueno de la idea es que podría haber tantos modelos como combinaciones de valores hubiera. Y como serían voluntarios, cada modelo tendría oportunidad de exponer y vivir los valores sobre los que están fundados.
Igual podría haber una ciudad totalmente libertaria sin moneda monopólica y sin un estado que rigiera las vidas privadas de las personas que la habitaran, como una ciudad con moneda monopólica y con un estado que tutelara y controlara todo lo que sus habitantes quisieran que les tutelara y les controlara. Si a ninguno se le ocurriera usar la fuerza para imponerse sobre otro, habría ciudades para todos los gustos y la gente podría elegir con qué instituciones vivir.
Podría haber ciudades tan libres como Hong Kong, tan controladas como Suecia y tan mixtas como Guatemala. Y cada quién podría elegir en cual vivir…y dejar vivir.
Las ciudades modelo no son utopías libertarias porque lo que interesa no es cómo va a ser organizada cada ciudad en particular, sino el hecho de que se posibilite la existencia de estas ciudades. La clave está en que cada ciudad pueda ser organizada de acuerdo con los valores y objetivos de sus fundadores y habitantes, y en que puedan coexistir las opciones más variadas.
Lo que se abre ahora es una oportunidad para todos; y ya el tiempo dirá qué experiencias tienen éxito en facilitar la cooperación social pacífica y el bienestar, y cuáles no.
Si le interesa el tema, seguramente querrá ver esta presentación (en inglés) de Paul Romer.