Lo que le molesta al diputado Mariano Rayo, de las objeciones que se le hacen a ese engendro que es la Ley de Extinción de Dominio, es que quienes ejercen el poder tendrían que probar o demostrar que los bienes de los cuales se están queriendo apoderar le pertenecen a algún grupo delictivo.
¡Chispas! Si se hacen realidad los sueños de Rayo, ¿qué será de la garantía del debido proceso? ¿Qué será de la presunción de inocencia? Rayo y los patrocinadores de la LED se merecen el título indiscutible de asesinos del estado de derecho.
Siglos de tradición jurídica en Occidente serían arrasados, de un plumazo, si los promotores de la LED se salen con la suya.