Anoche hubo tostadas para la cena. Los aguacates estaban tan, pero tan buenos que optamos por no ponerles más que sal y un poquito de cebolla para que se lucieran el sabor natural de los frutos, combinado con el del maíz de las tostadas. Normalmente las de aguacate hubieran sido sazonadas con un toque de limón y de orégano.
Hicimos de aguacate y de frijoles, y estas últimas se sirven con queso duro, queso seco o queso de Zacapa. Y nos faltaron las de salsa de tomate que se ofrecen adornadas con perejil picado. En aras de la moderación opté por comer sólo tres y recordé que en casa de mis padres me comía entre seis y ocho.
Las mejores tostadas –qua tostadas, sin incluir los aderezos- son las de la panadería Isopan que tiene sucursales en casi toda la ciudad de Guatemala. Su sabor a maíz es fresco y sabroso, su consistencia es perfecta porque no se rompen, ni son duras. Y su color es hermoso.
Hubo un tiempo en el que agarré un no se qué contra las tostadas porque vi que del Mercado de La Placita las ponían a secar sobre el tejado de un colegio que quedaba del otro lado de la calle. Y bueno, eso me predispuso contra las tostadas.
Ahora, sin embargo, me encanta comerlas especialmente si las hacemos en casa.
Ayyy Luisfi, usted nos despierta el apetito!!!! La verdad es que las tostadas, enchiladas, chuchitos y tantos antojitos tan ricos que forman parte de nuestra exquisita gastronomìa que una no se puede resistir a ellos!!! Gracias por la recomendaciòn de las tostadas, lo voy a tomar en cuenta en mi proxima compra!! Saludos