Este es un trabajo peligroso


Estos patojos son electricistas que estaban haciendo algunas conexiones en la iglesia conventual de Las Capuchinas, en La Antigua Guatemala. A mí me impresionó que, como gatos, iban y venían por las cornisas de aquella ruina; sin protección alguna y caminando sobre piedras precarias.

Mi amigo, Louis, me recordó que hay otros más audaces: los ayudantes de camioneta que se mueven como si fueran hombres araña por el exterior de los buses, mientras estos van como bólidos por las carretaras.  Pero de esos no tengo fotos…todavía.

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