Según Theresa Paiz Fredel, de la agencia Fitch Ratings, la baja carga tributaria es una de las causas que impiden la mejora de la calificación de riesgo de la deuda en dólares de Guatemala.
La manzana envenenada de Fitch
Fitch quiere que los guatemaltecos paguen más impuestos para que los políticos socialistas y sus funcionarios puedan seguir endeudando al país y pignorando el futuro de los chapines. Fitch quiere que las familias ahorren menos para que los políticos socialistas y sus funcionarios sigan gastando y malgastando el dinero que a la gente le cuesta ganar. Fitch quiere que haya menos dinero para ampliar fábricas y comercios, o para mejorar la productividad en las fincas, de modo que los políticos socialistas y sus funcionarios dispongan de más recursos para malinvertir y para repartir entre su clientela.
Fitch no recomienda que cesen la corrupción, el desperdicio y la mala administración. Lo que pide su representante, la señora Paiz, es que los tributarios guatemaltecos carguen con más peso. El consejo de Fitch es como la manzana que la bruja le dio a Blancanieves; o como el fruto prohibido que la serpiente le dio a Eva.
Estimado Luis: Su postura al respecto de los impuestos es contradictoria. En diversos post despotrica cointra la inseguridad, la falta de calidad de los servicios, etc., pero todo eso debe ser pagado por alguien. La iniciativa privada no puede o no quiere asumir su responsabilidad para financiar un estado fuerte, estable y con capacidad de proteger a su ciudadania. Evidentemente se debe luchar contra la corrupciòn y el despilfarro, y yo le pregunto ¿què es lo que hace usted directamente para combatir la corrupciòn del dentro del Estado? Por otra parte, le recuerdo que sòlo por pertenecer al gobierno, una persona no se convierte en "funcionario socialista" automaticamente. Suena muy dogmatico Don Luis.Saludos.
Estimado don Carlos: Usted tiene razón, la seguridad y yo añado que la justicia, deben ser pagadas por alguien y yo no tengo muchas objeciones a que se haga con impuestos. Y claro que los servicios tienen que ser pagados por alguien, especialmente por quienes los usan, y posiblemente por quienes voluntaria y pacíficamente quieren proveerlos (iglesias, sindicatos, asociaciones, fundaciones, individuos, por ejemplo). Usted ve contradicciones en donde no las hay. A lo que me opongo es que los políticos socialistas y sus funcionarios presten de forma monopólica ciertos servicios y que quieran cobrarnos a la fuerza por prestarlos de esa manera. Lo que propongo para evitar la corrupción es que a los políticos socialistas y sus funcionarios se les impida prestar (o repartir la prestación) de servicios de forma monopólica y coercitiva. Sin discrecionalidad, se acaba la fuente de corrupción. Sugiero, también, un estado fuerte en materia de justicia que ponga en donde corresponde a los corruptos. ¿Ya ve que otra vez estamos de acuerdo en lo del estado fuerte?Por último, y ya lo hemos discutido en otras ocasiones, es evidente que las personas no se convierten en funcionarios socialistas automáticamente. Eso es un disparate. Lo que si es cierto, y perdone que se lo recuerde, es que son políticos y funcionarios socialistas los que actúan como socialistas. Parece perogrullada, pero como usted cree que yo digo otra cosa, me tomo la libertad de volverlo a explicar. Saludos