Con una sonrisa que no le cabe, Rafael
Espadita Espada recibió una de las primera vacunas contra la
fiebre AH1N1, que llegaron a Guatemala, donadas por la Organización Panamericana de la Salud. Menos gozoso, pero, ¿con la conciencia tranquila? también recibió la suya el ministro de Salud, Ludwin Ovalle.
Las fotos de aquellos trascendentales actos las vimos, hoy, en el diario Siglo Veintiuno; y cuándo las ví, me acordé de aquellas numerosas películas en las que el capitán de un barco anuncia que podrán subir a los botes salvavidas las mujeres y los niños primero. Caballerezca decisión que, en ciertos círculos, denota magnanimidad, bonhomía y gentileza.
Si usted hubiera sido Espadita, u Ovalle, ¿le habría pedido a su gente de relaciones públicas que organizara photo ops poniéndoles vacunas a un grupo de niños, o se hubiera puesto, usted, a salvarse de primero? Cada quién, claro, de acuerdo con sus prioridades y sus principios.
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This entry was posted on jueves, abril 8th, 2010 at 5:45 pm and is filed under Gripe porcina, Ministerio de Salud, vacunación.
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Creo que en esto estas siendo poco justo en tu análisis Luis. Una foto de estas puede servir para que gente que se guía por la confianza y el ejemplo puedan sentir confianza. No creo que la posición sea yo me salvo primero y los demás que arreen.
En serio, vos Krishna…¿a vos te da confianza Espada?