Hoy hubo huevos de gallina de patio, para el desayuno. Su color amarillo intenso, y su sabor delicado y cremoso alegraron mi mañana. Como a mí me gusta gozar su sabor natural, los preparé revueltos sólo con sal y un toque de pimienta de Cayena, fritos en aceite de oliva y acompañados con pan francés de horno de leña.
Nótese su tamaño pequeño, sobre todo comparado con el de los huevos que compramos para todos los días.
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This entry was posted on miércoles, marzo 31st, 2010 at 3:29 pm and is filed under alimentos, huevos.
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[…] El de la foto es de gallina, pero me encanta cuando en casa conseguimos de parlamas, de pato, o de chompipe, o de gallinas de patio. […]