Ustedes deploran las manifestaciones que se están llevando a cabo en Birmingham, pero lamento decir que su declaración falla en expresar una preocupación similar por las condiciones que causan las manifestaciones. Es desafortunado que las manifestaciones se estén llevando a cabo en Birmingham, pero es aún más desafortunado que el poder blanco en la estructura de poder de la ciudad, dejara a la comunidad negra sin una alternativa.
Ustedes podrían preguntar: “¿Porqué la acción directa? ¿Por qué se realizan los plantones y las marchas? ¿No es la negociación un mejor camino?” Tienen bastante razón en llamar a una negociación, en verdad, este es el propósito real de la acción directa. La acción no violenta y directa busca crear una crisis tal y fomentar tal tensión, que una comunidad que se ha negado constantemente a negociar, sea forzada a confrontar el problema. Busca dramatizar el problema para que ya no pueda ser más ignorado. El que yo cite la creación de tensión como parte del trabajo en la resistencia no violenta, podría sonar de alguna manera chocante, pero debo confesar, que no me preocupa la palabra “tensión”. Me he opuesto seriamente a la tensión violenta, pero hay un tipo de tensión no violenta que es necesaria para el crecimiento.
No hemos obtenido una sola victoria en derechos civiles, sin una presión no violenta, legal y determinada.
Sabemos por medio de una dolorosa experiencia, que la libertad nunca ha sido dada voluntariamente por el opresor; debe ser demandada por el oprimido.
Estoy de acuerdo con San Agustín cuando dice que: “Una ley injusta, no es una ley”.
Ninguna ley que eleva la personalidad humana es justa y ninguna ley que degrade la personalidad humana es injusta.
No hay nada malo en tener una ordenanza que requiera un permiso para un desfile, pero dicha ordenanza se convierte en injusta, cuando es usada para negar a los ciudadanos el derecho de la Primera Enmienda, a una reunión pacífica y a la protesta.
Sócrates practicó la desobediencia civil, y en nuestra propia nación, la Fista del Té, en Boston, representó un acto masivo de desobediencia civil.
Todo lo que hizo Hitler en Alemania fue “legal” y todo lo que hicieron los luchadores por la libertad en Hungría, fue “ilegal”.
El orden público existe con el propósito de establecer la justicia y cuando ellos fallan en este propósito, se convierten en una peligrosa represión estructurada, que bloquea el flujo del progreso social. La presente tensión en el sur es una fase necesaria para la transición de una paz negativa, en la cual los negros aceptaron pasivamente esta injusta situación, a una paz positiva y sustantiva, en la cual todos los hombres respetarán la dignidad y el valor de la personalidad humana. Actualmente, nosotros que participamos de la acción directa y no violenta, no somos los creadores de la tensión, nosotros simplemente traemos a superficie la tensión escondida, que ya está viva, la traemos al descubierto, en donde pueda ser vista y se pueda tratar con ella.
He tratado de mantenerme dentro de estas dos fuerzas, diciendo que no necesitamos imitar ni el “no hacer nada” de la complacencia, ni el odio y la desesperación del nacionalismo negro. De allí está la forma más excelente de amor y la protesta no violenta.
Como T. S. Elliot ha dicho: “La última tentación es la más grande traición: Hacer lo correcto por la razón incorrecta.”