El presidente socialdemócrata, Alvaro Colom, informó que se respetará la concesión del usufructo a Ferrovías para la operación del tren, y que su intención es solventar el diferendo actual. Durante la administración de Oscar Berger fue declarado lesivo un contrato por el equipo ferroviario. Ante esto, Ferrovías, operada por la empresa Railroad Develpment Corporation, demandó al Estado en un arbitraje internacional y pidió US$65 millones.
Mucho se comenta sobre este caso: que RDC no salpicó donde debería, que la empresa contribuyó a la campaña de Colom y que la administración nunca cumplió con desalojar las vías. Lo bueno, sin embargo, es que una de las últimas cosas que Guatemala necesita ahora es enviar el mensaje de que no es un lugar seguro para las inversiones. Hubiera sido muy mala seña que la administración se echara atrás con esta concesión, ya que los inversionistas internacionales hubieran entendido, con claridad, que aqui, la espada de Damocles de la arbitrariedad pende sobre toda actividad.