Los que me conocen saben de mi afición por la cocina y la buena mesa. Y ahora que he tenido que modificar mis hábitos alimenticios, aquello es un reto.
En ese contexto es que las especias, que siempre he disfrutado, han adquirido una nueva dimensión. Estas mágicas semillas, hojas, frutos, y cortezas nos vinculan a los árabes que movían especias entre China, Jave y la India, a través del Oriente Medio y de Egipto, con rumbo a Roma y Europa.
Cuando cocino con las más variadas especias, pienso en Venecia y en Constantinopla; en los hermanos Polo y en Cristobal Colón; en la Compañía de Indias; en el primer tamal que fusionó elementos del Viejo y del Nuevo mundo y en en una larga historia de exploraciones, negocios y descubrimientos relacionados con estas maravillas de la naturaleza. Y ciertamente creo que la variedad es la especia de la vida.
Por eso me emocionó que mi amiga Grete, haya tenido la magnífica idea de obsequiarme este encantador kit de especias que trae pimienta, clavos, cardamomo, cominos, semillas de culantro, nuez moscada, laurel, cúrcuma y macis. Las trajo de Tailandia y hoy estrenaré algunas de ellas con un estofado que ya me está haciendo agua la boca.
Hay una combinación que me enseño mi mama:- comino- pimienta gorda y- clavose muelen en piedra hasta llegar a hacerse polvo y eso lo puede utilizar en cualquier comida caldosa o recados… mmmm! mamma mia! Sabor impresionante. Ahí se invita un platito de estofado peeee!
Wow!, gracias!! Voy a probarlo porque suena muy bien.