La sangre de los muertos y heridos durante los acontecimientos del jueves en Totonicapán, cae en las manos de la dirigencia popular que organiza bloqueos e invasiones; y que lleva y trae a la gente para sus propósitos políticos. Urge, sin embargo, una investigación científica, técnica y objetiva que aporte luces sobre qué es exactamente lo que ocurrió en el kilómetro 170 de la Ruta Interamericana y quiénes fueron los responsables de aquellos acontecimientos dolorosos.
¿Quiénes organizaron el bloqueo violento de la carretera? ¿Quiénes llevaron a la gente? ¿Quiénes dispararon? ¿Con qué tipo de armas? ¿Hubo provocaciones? En inglés y en el contexto de Watergate, existe una frase que dice Follow the money, para indicar que, cuándo se quiere saber cuál es el origen de algo, hay que averiguar de dónde viene el dinero. En este caso, y parafraseando la cita mencionada antes, parte de las investigaciones que se hagan deberían seguir el adagio: Follow the blood. ¿A quién benefician los mártires? ¿A quién beneficiaron las muertes de Mario Alioto y Abner Abdiel en su momento? ¿A quién beneficiaron los muertos en la provocación de Xamán?
La investigación científica, técnica y objetiva, y de esto hay que estar conscientes, va a ser cuesta arriba. Para comenzar la escena de los acontecimientos -como ocurrió en el caso Gerardi- no ha sido tratada como debería. Vemos, por ejemplo, que Rigoberta Menchú (Premio Nobel de la Paz) se paseó por el lugar -que debería haber estado aislado- y anduvo por ahí, supuestamente recogiendo cascabillos. Cualquiera que haya visto CSI sabe que esto es muy inapropiado en una escena donde ha habido muertos y heridos.
Mientras tanto deben privar la calma y la razón. La dirigencia popular debe cesar acciones violentas como el bloqueo de carreteras y las invasiones. Las autoridades deben conducir una investigacion confiable: científica, técnica y objetiva. Los responsables de todos los actos violentos de la jornada deben ser identificados y procesados. Se debe distinguir entre los actos de agresión y los actos de defensa.
Deben privar la calma y la razón.
Queda claro que el ejercito actuo de manera cobarde. Los indicios de balistica dan por hecho de que varios manifestantes fueron heridos de balas de alto calibre y sus piernas rotas hasta los huesos. Eso no debe haber sido de disparos al aire. Me gustaria que completara su articulo dando un grado si es que no todo la responsabilidad al comandante en gefe de las fuerzs armadas.Otto Perez MOlina.
Lo que el señor Pancholon dice es lo mismo que dicen todos siempre, sin importar pruebas, descargos, motivos, provocaciones o demás. Me imagino que los soldados heridos deberían haber dejado que los lincharan… y en ese caso dirían que no hay responsabilidad de parte de la turba. Pero el hecho de haberse defendido los convierte en… ¿que dijo un trasnochado por alli? ah si, “criminales de guerra”. ¿Solo para mí es obvio que esto era algo cantado y que hace rato estaban buscando mártires para su causa y al fin lo lograron? ¿Alguien aparte de mí ve en todo esto un plan largamente trazado y llevado a cabo casi como un reloj? ¿No les parece demasiado “perfecto”? Casi como seguir una agenda… y la gente que se presta para decir lo que sea en contra de un bando, porque en la vida real hay buenos buenísimos y malos malísimos, nunca hay grises ¿verdad? El ejercito es el malo y la dirigencia es la buena. Aja.
¿No les parece eso demasiado plano? ¿O es que la neurona del análisis se apaga cuando la palabra ejército aparece en la ecuación?
Señor Figueroa: Espero que mi comentario sea publicado o al menos leído por usted. Da mucha pena que a pesar de su alta capacidad intelectual no puede (¿no quiere?) ir más allá de lo evidente en el análisis de los hechos de Totonicapán.
Solo quiero plantear cuatro puntos:
1.Creo que tiene razón en cuanto a la existencia de dirigencias a las que no les importa hacer llamados guerreristas mientras ellos se mantienen a salvo. Sin embargo, esos lìderes no solo se ubican en la izquierda. Sobran en la derecha (ver comunicados
Fundación contra el Terrorismo, CAMAGRO, etc.).
2. Al menos le concedo que usted trata con cierto respeto a los ciudadanos indignados de Totonicapán y no cae en los absurdos planteamientos racistas sacados de la guerra
fría que han abundado en la prensa en estos días (“salvajes”, “tribales”, “guerrilleros”, “terroristas”, “bestias”, etc.), que incluso cambian el orden de los acontecimientos. Por
ejemplo, no es que los soldados dispararon porque la gente los atacò. Yo estuve allì y le digo que fue al revès: la gente atacò porque primero disparò el “guardia privado” y luego los soldados.
3. Sobre el ejemplo de “CSI” que menciona, le pregunto: si Menchú pudo recoger los cascabillos muchas horas después de los hechos, ¿eso quiere decir que es evidencia plantada por ella, o que el CSI/MP no realizó una investigaciòn seria? Si habían tantos policías y soldados en Alaska en ese momento ¿por qué ninguno detuvo al supuesto “guardia privado” que hizo los primeros disparos? ¿por qué lo dejaron irse tranquilamente, pero actuaron “con toda la fuerza de la ley” en cuanto la gente reaccionò al ataque? ¿No podrìa tratarse de un plan màs grande que ni usted ni yo entendemos aùn?
4. Gran parte del debate se ha centrado en la “violencia implìcita” en el bloqueo de la carretera y no en las causas de la protesta. Con todo y lo molesto que puede ser para los conductores dicho bloqueo, debemos recordar que tanto el derecho a la locomoción como el derecho a la manifestaciòn (y a la vida) estàn reconocidos en la constituciòn. No solo el de locomoción. Se pierde de vista que se trataba de una protesta pacìfica contra problemas muy concretos: a) reformas constitucionales y educativas, buenas o malas, pero impuestas sin escuchar a todas las partes b) pèsimo servicio y cobros desmedidos y descarados por parte de la empresa DEORCSA, la cual brilla por su ausencia y no ha dicho ni pio.
Follow the Money…
Muchas gracias