Los viejitos engañados y el estado niñera chapín

El fondo solidario para el adulto mayor, recientemente aprobado por el Congreso de la República de Guatemala, es el más notorio engendro del estado niñera chapín. No es una contribución, como dicen sus promotores, porque no es voluntario. En realidad es una imposición. Tampoco es solidario porque la solidaridad es una especie de virtud, algo así como la caridad, o la benevolencia; empero, el fondo citado, al no ser voluntario carece de virtuosidad. Carece de carácter moral y se convierte en una flagrante expoliación legal.
Eso es tan evidente que hoy, en Prensa Libre, el presidente de la Asociación Nacional de Personas de la Tercera Edad Sin Cobertura Social, Héctor Montenegro, afirmó que los diputados les aseguraron que la contribución de los empleados al fondo que servirá para pagarles sería voluntaria, y no impositiva. “Si nos engañaron, están jugando con nosotros”, dijo.
Seguramente nadie les dijo, a los viejitos, que su “pensión” iba a ser dinero ajeno tomado por la fuerza.

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