El Cementerio General de la ciudad de Guatemala es un espacio rico en historia y arte; así que, un grupo de amigos y yo fuimos a visitarlo el sábado pasado. Fuimos como parte de una excursión organizada por el Museo Popol Vuh.
Lo primero que llama la atención es lo saqueado, sucio y abandonado que está; pero luego, cuando uno va prestando atención, le agarra el modo al lugar. ¿De qué me acuerdo cada vez que voy a ese lugar? De No es serio este cementerio, de Mecano.
El Cementerio General no me es ajeno porque durante algún tiempo acompañaba a mi abuela, Frances, a visitar tumbas de parientes y amigos; y mi padre solía llevarnos, a mis hermanos y a mí, en el Día de los Muertos. Sin embargo, hay muchas cosas que yo no conocía del lugar. No sabía, por ejemplo, que en el área había una pequeña ciudad maya, estrechamente relacionada con Kaminaljuyú. No sabía que los columbarios que lindan con la Avenida del Cementerio eran abovedados y que debajo del piso, lleno de escombros, hay un sótano en el que hay galerías de nichos que fueron sepultados durante los terremotos de 1917 y 18.
En esta visita me dió tristeza ver que la tumba de Virgilio Rodríguez Macal -autor de La mansión del pájaro serpiente y de Guayacán- se encuentra destruida por los ladrones; me dió pena la tumba del expresidente Jorge Ubico, que se ve tan sola. Frente a la tumba de José Milla, el autor de El visitador, Los Nazarenos y otros clásicos de la literatura chapina, escuchamos unos párrafos de sus Cuadros de Costumbres. En la sepultura del aviador Jacinto Rodríguez vimos una hermosa escultura de Rafael Yela Günther.
La excursión fue guiada por el doctor Amilcar Chajón, que hizo una relación muy rica sobre la historia y el arte del que están llenos este cementerio. La riqueza de esta necrópolis, por cierto, podría tener una mejor suerte en manos de alguna fundación que encontrara la forma de hacerlo financieramente rentable, para evitar que continúe su deterioro.
Ahí en ese cementerio fueron sepultadas mi bisabuela Gilberta, mi abuelita Juanita, mi abuelito Jorge y mi tía abuela La Mamita. También fueron enterrados ahí mi bisabuela Mami y mi bisabuelo Federico, mi bisabuela Chus, y muchos otros parientes y amigos