Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano; también fue Carlos I, rey de España y con esa corona fue titular de los reinos de Indias, incluida la Nueva España y Guatemala, por supuesto. ¿Cómo no iba a ser de mi interés Carlos V, una nueva vida del emperador, por Geoffrey Parker?
Su Sacra Ceárea Católica Real Majestad llamó mi atención desde que estaba en primaria cuando escuché que en su imperio nunca se ponía el sol, dado que tenía posesiones en todo el globo terráqueo. También me impresionó que en la cúspide de su poder había abdicado para ir a vivir y morir en un monasterio.
La biografía que acabo de leer me permitió acercarme a la figura de aquel monarca monumental, obsesionado por las cuestiones dinásticas de los Habsburgo, atormentado por el surgimiento y avance de la Reforma protestante y a quien le tocó administrar la primera globalización en la historia de la humanidad.
No te voy a espoilear el libro; pero hay varias cuestiones que me llamaron mucho la atención -aparte de todos los detalles políticos, económicos y admnistrativos-. La primera es lo azaroso que era viajar en aquel entonces. Es impresionante el viaje que Carlos hace de Bélgica a España por mar y luego su desembarco en Villaviciosa donde nadie los esperaba y no había cómo recibir a la comitiva real. Ni siendo Carlos I se podía viajar razonablemente cómodo en aquellos días. Había que hacerlo a pie, mal comiendo y mal durmiendo. Enfrentando lluvias torrenciales y la amenaza de la peste bubónica. Iban a la tremenda velocidad de 80 kilómetros en 26 días.
Me llamó la atención la permanentemente mala salud de Su Majestad y lo comelón que era. Aquejado por gota y otros males, el futuro emperador, conseguía dedicarse a la caza y a otros pasatiempos como el juego y las apuestas, y lograba disfrutar de lo que en aquellos días se consideraba buena comida y bebida, incluso hasta anteponer el placer a los negocios. La endogamia de los Habsburgo pesó sobre Carlos durante toda su vida.
El libro cita a un fraile franciscano -de Guatemala- que estimó que el mayor error del emperador fue no haber echo prender y castigar a Martín Lutero en la Dieta de Worms y que eso le valió pasar cuatro años en el purgatorio. Pero pienso que la Reforma fue un proceso muy sano para el papado y para la Iglesia Católica en general.
Antes de que Carlos hubiera llegado a España, ningún español había puesto pie en el continente americano ya que los dominios castellanos en este hemisferio no eran más que algunas islas en el Caribe; pero al abdicar Carlos, sus posesiones incluían más de dos millones de kilómetros cuadrados en el continente, habitados por unos 50,000 europeos y unos 10 millones de indígenas. Trata de dimensionar eso. A mi me encanta imaginar el proceso por medio del cual los europeos fueron dándose cuenta de lo que enfrentaban de este lado del Atlántico y del otro lado del Pacífico. Y, aún así, la biografía cita a Horst Pietschmann que apuntó: La construcción de un orden estatal en las Indias ha sido la obra que quizás tuvo más éxito de todas las que emprendió Carlos V.
Al emperador por supuesto que le interersaban el oro y la plata del nuevo mundo para financiar cosas de nuestro estado; pero mostró mucho interés por la fauna y flora exóticas y siempre mostró preocupación por el tratamiento que se les daba a los habitantes indígenas de América, como vasallos nuestros de la corona de Castilla. Con todas las limitaciones del caso, porque una cosa era emitir órdenes para América y otra conseguir que se cumplieran, Carlos se esforzó toda su vida por conciliar conciencia py poder en sus territorios de ultramar. A este balance contribuyeron pensadores como Francisco de Vitoria; y el mismísimo Francisco Marroquín. En 1542 firmó las Leyes Nuevas para la gobernación de las Indias.
Dicho lo anterior, el emperador fue muy malagradecido con Hernán Cortés y con los hermanos Pizarro; pero recompensó a los tlaxcaltecas por la calidad y contribución que hicieron para la conquista de México.
En la biografía, Parker se pregunta, ¿A Carlos le importaba realmente lo que ocurría en América? No te adelanto porque es una lectura que da mucho para pensar y conversar.
En fin..si te fascina la historia y disfrutas las biografías, este es un librazo que querrás leer. Gracias a Luis Andrés Schwartz por haberme obsequiado esta maravilla.
Para complementar esta lectura, sobre todo con respecto al rol de España en Hispanoamérica, te recomiendo Fracasología, España y sus élites: de los afrancesados a nuestros días; por María Elvira Roca. Libro que estamos leyendo en el Seminario del socialismo, en la Universidad Francisco Marroquin. También Nada por lo que pedir perdón; por Marcelo Gullo, libro que leímos el semestre pasado.