¿Es el dinero la raíz de todos los males?

El lunes puse, en Facebook, un meme provocador que dice: Si el dinero es la raíz de todos los males, ¿por qué lo piden en la iglesia?  Y como era de esperarse algunos lectores observaron que la frase bíblica original dice que el amor al dinero es la raíz de todos los males, no el dinero, sino el amor al dinero.

Quienes hicieron la observación están en lo correcto; pero eso es irrelevante para el propósito de aquella publicación. Esto es por tres razones:

  1. Hice una consulta entre personas con las que me topé y la mayoría cree que la frase correcta es que el dinero es la raíz de todos los males.  Esa es la idea que ha permeado en la cultura y en las personas promedio. Los que no lo creen es porque conocen la frase correcta.
  2. Jorge Mario Bergoglio, el vicario de Cristo (al menos según la iglesia católica) ha dicho que el dinero es el estiércol del diablo.  Idea que apoya los prejuicios que tiene la gente promedio contra el dinero.
  3. Mi cuate, Judd, ha observado que con respecto a la pregunta de por qué es que las iglesias claman por él, no hay diferencia alguna entre la idea de que el dinero es la raíz de todos los males, y la idea de que el amor al dinero es la raíz de todos los males.

En América Latina, donde la frase de Bergoglio pega bien con los prejuicios de la gente contra la riqueza (y el dinero), la idea de que el dinero es la raíz de todos los males no desentona con la teología de la liberación, que todavía está vivita y coleando en los púlpitos de los curas y en los mensajes de otros pastores que se oponen a la minería, a las hidroeléctricas, a las bolsas plásticas, a los empresarios; pero no les da vergüenza pasar el cepillo entre los pobres, usar pectorales y anillos de oro,  o aceptar cheques gruesos de señoronas que rezan con rosarios Swarovski.

Que es para pagar las cuentas, dicen.  Que es para pagar las obras de caridad. dicen. Pero si es así (y seguramente es así en muchos casos), ¿por qué enseñan que al amor al dinero es malvado? ¿Por qué es que el deseo de dinero por parte de la iglesia es bueno, pero el deseo de dinero por parte de los individuos es maligno? Mi cuate Judd, pregunta: Si las iglesias piden dinero para hacer obras y acumulan dinero, ¿por qué averguenzan a las personas que producen el dinero y también lo quieren, o desen, o acumulan?  ¿Por qué es que el amor al dinero es malo, si el dinero representa valor y productiviad? Eso lo explica muy bien Francisco D´Anconia, por si tienes curiosidad y no estás pensando en el higado a estas alturas de la lectura.

¿Alguna vez ha preguntado cuál es la raíz del dinero? El dinero es un instrumento de cambio, que no puede existir a menos que haya bienes producidos y hombres capaces de producirlos. El dinero es la forma material del principio según el cual, los hombres que quieran tratar entre sí deben hacerlo a través del intercambio dando valor por valor. El dinero no es instrumento de mendigantes que piden regalado a base de lágrimas ni de los saqueadores que arrebatan a la fuerza. El dinero se hace posible sólo por los hombres que producen. ¿Es esto lo que usted considera maligno? Cuando usted acepta dinero en retribución de su propio esfuerzo, lo hace únicamente bajo la convicción de que lo podrá cambiar por el producto del esfuerzo de los demás. No son los mendigantes o los saqueadores, los que dan valor al dinero. Ni un océano de lágrimas, ni todos los cañones del mundo pueden transformar esos pedazos de papel en su cartera, en el pan que usted necesita para sobrevivir mañana. Esos pedazos de papel que debieran ser oro, constituyen una prenda de honor su título que le da derecho a la energía de la gente que produce. Su cartera es la declaración de su esperanza de que en algún lugar del mundo a su alrededor, existen hombres incapaces de quebrantar ese principio moral que es la raíz del dinero. ¿Es eso lo que considera malvado?, dice Francisco.

Cabe aclarar que la frase bíblica tiene un contexto específico -una carta de Pablo de Tarso a su discípulo Timoteo- y en ella hace observaciones algo budistas acerca de lo malo que es apegarse a las cosas: gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.  Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

En el mismo espíritu con que Mateo aconseja que las personas orienten sus propósitos, no a la vida en esta tierra, sino a la que supuestamente hay después de la muerte:  No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.  Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón

El mensaje de Pablo, de Mateo, de Bergoglio -y el que entienden la cultura y las personas promedio- es uno de vergüenza para los que generan riqueza y uno de culto a la muerte o de renuncia a la vida en esta tierra.  Uno de que los valores, la multiplicación de la riqueza y la producción son perversos.  Y uno de que el estiercol del diablo es malo para tí, pero no para la iglesia.

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